martes, 15 de junio de 2010

15 de Junio Día del Libro

EL LIBRO EN LA HISTORIA:




Los primeros libros eran una especie de planchas de barro con dibujos hechos con un punzón. Las primeras civilizaciones que los utilizaron fueron los babilonios.
Los egipcios, griegos y romanos utilizaban tiras de papiro que enrollaban en un palo. El papiro era un material similar al papel que se hacía de los juncos del delta del Río Nilo. Escribían con una pluma de junco y para leer había que desplegar el rollo. Los papiros eran fáciles de confeccionar y eran excelentes para la escritura, pero eran muy frágiles. En climas húmedos se desintegraban con facilidad, por lo cual se ha perdido el material escrito de la antigüedad. Sólo se conserva una de lámina en el Museo Británico de Londres. Las personas que se dedicaban a copiar o escribir al dictado se llamaban escribas. El copiado era a mano, por lo tanto era lento y costoso. Sólo las personas pudientes y los templos los tenían. Aún así, Egipto, Grecia y Roma fueron lugares de gran producción de libros.
Los pueblos donde no habían juncos empezaron a utilizar pergamino y otros materiales que se obtenían de las pieles secas de los animales y que no presentaban tantos inconvenientes para su conservación. Los persas y los hebreos sustituyeron el papiro por estos otros materiales.
Recién en el siglo IV se reemplazaron los rollos por códices (libro en latín). Estos eran una especie de cuadernos de hojas hechas de madera cubierta con cera donde se escribía con algo afilado y hasta se podía borrar. Los griegos y los romanos los utilizaban para los registros contables y luego también como libro escolar. Con el paso del tiempo, en el armazón de madera se empezaron a insertar hojas y a plegarlas formando cuadernillos de pergamino o de papiro y se ataban con cuerdas.
En la Edad Media los libros eran escritos por los monjes que para esa tarea tenían salas especiales en los monasterios. La mayoría copiaba fragmentos de la Biblia o de textos clásicos de la antigüedad. Estos libros eran verdaderas obras de arte, ya que tenían cubiertas adornadas con trabajos realizados en oro, plata y piedras preciosas. Además se utilizaban tintas de colores para las ilustraciones y doradas para decorar los bordes de los manuscritos. Por lo tanto, los libros seguían siendo escasos y muy costosos.
En Oriente, los libros se hacían sobre tablas de bambú o en tiras de cáñamo que se escribían con juncos y luego se unían. Igual que en Grecia y Roma se envolvían en palos para formar rollos. Con el tiempo se empezó a plegarlos y a ponerles portadas de papel o tela para resguardarlos.
Ya en el siglo VI a.c., en China se imprimían libros con caracteres hechos en bloques de madera. Los más antiguos que se conocen son del año 868 (Sutra) y del año 972 (Tripitaka). Resultaba mucho más rápido y económico hacer libros con bloques, pero se tardaba mucho tiempo en fabricarlos y no eran reutilizables. Recién en el siglo XI los chinos crearon la impresión con bloques móviles reutilizables, aunque no les resultó práctico por la gran cantidad de caracteres que tiene su idioma.
En el siglo XV los europeos aprenden de los musulmanes la fabricación del papel y casi simultáneamente Gutenberg inventa la imprenta de tipos móviles de metal. En 1456 se publica el primer libro realizado con este sistema: la Biblia.
Ante estas circunstancias se simplificó la producción de libros, convirtiéndolos en algo más accesible y fácil de confeccionar.
En España se imprimió el primer libro en 1472.
La imprenta llegó a América en el año 1540 cuando comenzó a funcionar en México. La edición de libros se inició inmediatamente, pasando enseguida a Perú.
Con la Revolución Industrial la producción de libros se aceleró y en el siglo XX los precios se hicieron accesibles gracias a la implementación de avances tecnológicos. La introducción del papel, la tela y la cartulina, así como la confección mecanizada de las páginas y de las ilustraciones hicieron que los libros llegaran a todos los hombres que quisieran disfrutar de la lectura.
En América Latina se han desarrollado importantes editoriales en Argentina, Chile, Colombia, México y Cuba.




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