El argentino Marcelo Marchese fue reconocido como el mejor caricaturista del mundo en el certamen de Caricaturama Show Down, donde se presentaron más de 140 trabajos en alusión a Del Potro.
Su atelier se reduce a una piecita antigua atestada de cuadros, libros, madera y lápices de todos los tamaños. Está ubicado detrás de un taller industrial de la arbolada Sexta Sección. En la sala conviven caras, muecas y curvas en movimiento de los más heterogéneos personajes.
El hombre que lo habita es de pocas palabras y de risa fácil. Marcelo Marchese hace honor a su vocación y prefiere definir más con lápiz que verbalmente la historia de su vida y el pulso vital de sus dibujos. En el centro de la pieza hay un atril donde ahora bosqueja las fisonomías del basquetbolista Michael Jordan. "Estoy mirando varias fotos de él para sacar la mueca, el aura que lo identifica más allá de una foto", explica, tranquilo, el mendocino, quien esta semana se consagró como el mejor caricaturista del mundo en el certamen de Caricaturama Show Down, donde se presentaron más de 140 trabajos en alusión a Del Potro. Allí son los propios colegas quienes eligen "al mejor de todos", a través del voto cantado en un foro de internet con más de 5.000 integrantes del mundo.
"Es muy satisfactorio, porque son los dibujantes y caricaturistas quienes eligen el mejor trabajo", describe, tímido, Marcelo. Su obra ganadora fue una estilización de la figura del tenista Juan Martín del Potro en movimiento, la cual le llevó sólo tres días terminarla. La realizó con lápiz, acrílico y está plasmada en madera. Con una sonrisa, aclara: "A veces demoro varios meses en concluir un dibujo, y otras, apenas unas horas. Todo depende del momento y la figura"
. Es la segunda vez que el mendocino se queda con ese galardón internacional. A la hora de ganar, él es quien elige la próxima figura a caricaturizar. Y eligió a Jordan, porque "mi hijo Nacho es fanático de él", explica, sin más vueltas. Marchese tiene 45 años. Es mendocino, nacido y criado en el barrio SUPE, de Godoy Cruz. La pasión por el dibujo lo atrapó en la adolescencia. Así, mientras estudiaba en una escuela secundaria con orientación química, "dibujaba todo el día". Marchese caricaturizaba a los profesores y estos reiteradamente llevaban sus "distracciones" a la Dirección, hasta que una vez lo citó el directivo de la escuela con todos sus dibujos arriba del escritorio y, en vez de echarlo, lo derivó a la Escuela de Bellas Artes, para no desperdiciar su talento. Marcelo estuvo dos meses yendo a la Escuela de Bellas Artes a escondidas de sus padres.
"En esa época, mi viejo creía que si me dedicaba al dibujo, sería barbudo, con poca higiene y encontraría otra identidad sexual (se ríe). Y yo sólo quería dibujar. Tan simple como cualquier otra cosa, pero bueno, después lo aceptaron. No les quedó otra", recuerda. El dibujante trabajó en varios medios y revistas gráficas. Comenzó en 1986 y le dijo adiós a la tarea periodística el año pasado.
"A veces tenés que crear muy rápido y estoy cada vez más cuidadoso del detalle", cuenta Marchese, quien pasó por diarios locales y nacionales y la legendaria revista Humor, entre otros. En 1997 ganó el premio al mejor dibujante de diarios y revistas, otorgado por la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa). Sin embargo, el artista advierte: "No me considero un caricaturista. Soy un dibujante y, aparte, abordo la caricatura. No es para hacer reír, simplemente busco una expresión. A mí me gusta que en un primer vistazo reconozcas al personaje.
La caricatura puede ser muy grotesca pero si mantiene el parecido, cumplió su objetivo". Los tiempos cambiaron para el oficio. Con los programas nuevos de dibujo y diseño hoy es habitual que se trabaje codo a codo con la computadora. "Lo de Del Potro fue un trabajo manual, pero trabajo con las nuevas herramientas. Todos lo hacemos y es maravilloso aprovecharlo. En mi caso, la foto es una imagen y, con diez fotos, un dibujante puede sacar a la luz una idea, el aura de cada persona", explica. Marchese alberga caricaturas que van desde el Flaco Spinetta, Charly García y Astor Piazzola, hasta Sofía Loren, Vincent Van Gogh y el personaje mendocino el Loco Juan.
"Yo soy autodidacta. Algunas cosas las aprendí solo y otras con colegas, pero no puedo enseñar. No sabría cómo. Prefiero guiar, prefiero no tener clones, prefiero la libertad", cerró el artista.
Fuente: El sol online
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