lunes, 21 de mayo de 2012

Marfici: un festival para ver y hablar de cine

Alejado de sus hermanos mayores, Mar del Plata y Bafici, el encuentro que terminó el sábado dejó una pareja competencia con una temática en constante confrontación entre documental y ficción y destacables retrospectivas.
El sábado terminó la octava edición del Marfici, el festival de cine independiente que reunió más de 70 largometrajes y 50 cortos desglosados en diferentes secciones. Lejos de los mastodontes de noviembre (Mar del Plata) y abril (Bafici) pero concreto y claro en sus intenciones, el Marfici presentó documentales de transparente calidad en su sección competitiva y otros films de indudable interés en diferentes retrospectivas y focos. También a años luz de la pose canchera, el rictus arrogante y la frágil presuntuosidad de algunos de sus hermanos mayores, el Marfici se disfruta por vía del relajo, la conversación cinéfila no competitiva, la política inclusiva que protege a propios y extraños. Dentro de esos parámetros jamás discriminatorios, los 13 films de la competencia oficial abordaron temáticas y estilos en permanente confrontación donde los límites entre el documental y la ficción conviven en una zona fronteriza y de ostensible ambigüedad. Algunos de los trabajos destacados fueron El mocito, de origen chileno, sobre un hombre que trabajó sirviendo café en los centros clandestinos de la dictadura de Pinochet; You Don´t Like The Truth: 4 Days Inside Guantanamo y la odisea de un preso de 16 años interrogado y filmado por las cámaras de seguridad; Detlef y la historia de uno de los líderes de la comunidad homosexual alemana y Anna Pavlova Lives in Berlin y el realista retrato generacional de un personaje seguido con cámara en mano. También se exhibió Papirosen de Gastón Solnicki, premiada en el Bafici, lograda (de)construcción de la familia del cineasta a través de los años.

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