La Nación, en columna de opinión, realiza un planteo falaz acerca del Día del Periodista. En la página 21, el columnista señala: “La profesión está atravesada por el falso discurso que viene imponiendo el Gobierno sobre el rol de los medios y bajo una gestión que se autodenomina nacional y popular. El mayor exponente de esta mirada maniquea es Carlos Zannini, el hombre con más poder después de la presidenta de la Nación. Según él, la prensa busca condicionar ‘a la política’. De acuerdo con su perspectiva, y por extensión, todos los medios son malvados, corporativos y golpistas. Y este gobierno representa, según él, la parte más noble que tiene la política. Es decir, la posibilidad de cambiar la vida de la gente, para mejor.” Además de ser simplista y reduccionista, el periodista ni siquiera llega a abordar la supuesta dicotomía entre prensa militante y prensa autodenominada “independiente”. Apenas se limita a señalar que “todos los medios son malvados”, supuestamente desde la óptica gubernamental. Y La Nación vuelve a remarcar el tema de los medios golpistas: “El hostigamiento a los periodistas y a los medios ‘destituyentes’ es imprescindible para contar la historia oficial que les permita perpetuarse en el poder.” ¿Está seguro el columnista que no existen medios ni periodistas golpistas? Tal vez olvidó, por ejemplo, el diálogo que mantuvieron Mariano Grondona, columnista de La Nación, y Hugo Biolcatti, presidente de la Sociedad Rural, en Canal 26, donde le auguraban un final prematuro a este gobierno.
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