Participaron unas 400 personas, entre ellas miembros de las comisiones internas despedidas en 1976 y 2000. Enfrente le hacía sombra un edificio donde esas palabras son una prohibición patronal.
Gustavo Bruzos arma una pequeña mesa de madera. Sobre ella, Virginia Márquez acomoda libros y remeras. Es mediodía y casi no hay gente en Tacuarí al 1700. Un vallado policial cubre la puerta del edificio donde funcionan las redacciones de Clarín, Olé y La Razón.
Es curioso: ambos se encontraron con una escena parecida hace diez años atrás cuando él, miembro de la comisión interna, y ella, integrante de la junta electoral, fueron despedidos junto a otros 115 trabajadores.
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