La noticia de la compra fue anunciada por Mazure, quien explicó que el cine permanecerá cerrado en virtud del reciclaje por dos meses, período en el que las funciones que allí se realizaban pasarán al Monumental-Electric, de la calle Lavalle al 700.
"En abril terminaba el contrato de alquiler, el Gaumont podía ser vendido y su destino, si bien debía conservarse la sala, era incierto. Finalmente, después de haberse conseguido la protección estructural, y de muchas negociaciones logramos comprarlo”, especificó Mazure en diálogo con Télam.
"El Tribunal de Tasaciones de la Nación le adjudicó un valor de 20.680.000 pesos y terminamos cerrando la operación en 19.500.000 pesos”, detalló.
Tras la compra, la funcionaria destacó que “una vez que conseguimos la sala para el Estado, en una compra que nos enorgullece, de inmediato hicimos un llamado a licitación porque hay que cambiarle todo el techo”.
"Descubrimos –reveló- que esa remodelación era necesaria cuando quisimos instalar la antena de recepción digital para que pudiera recibir por esa vía las películas a través de ARSAT, y el techo no aguantaba el peso”.
Entusiasmada con las obras a encarar, detalló que "se reciclarán el techo y la fachada para que en dos meses tengamos un cine Gaumont en toda su dimensión de gloria y de belleza para poder volver a trabajar allí”.
En el mismo sentido y trazando la política de gestión que sostiene el Incaa, Mazure añadió que "estamos felices con la compra del Gaumont porque cuando abra sus puertas va a estar totalmente digitalizado, al mismo tiempo que se digitalizan otras 50 salas con equipamiento del última generación 2D y 3D, también con mejoramiento de pantalla y sonido”.
"Esto quiere decir –insistió- que vamos a tener cada vez más salas competitivas para todo lo que es el cine nacional, frente a las salas que en su mayoría están dentro de centros comerciales”.
En 2004 fue lanzado el programa Espacios Incaa, con el fin de garantizar la exhibición del cine nacional y latinoamericano en todo el país y a precios populares, frente a la hegemonía del cine hablado en inglés en los circuitos comerciales, tal como viene ocurriendo desde la década del 90.
En la actualidad ya funcionan alrededor de 40 salas dentro del programa, y el Gaumont-Km 0 se convirtió en todo este tiempo en el mejor de los ejemplos, con una concurrencia constante y sorprendente que también incluyó muestras de cine europeo.
"Pensamos en la democratización de la cultura, en más voces, que es meta de la política de Estado de la última década", apuntó Mazure, en cuya gestión se ha consolidado la industria del cine nacional, con filmes comerciales e independientes en una producción anual de alrededor de un centenar de títulos que llegan a las pantallas y recorren el mundo.
"En abril terminaba el contrato de alquiler, el Gaumont podía ser vendido y su destino, si bien debía conservarse la sala, era incierto. Finalmente, después de haberse conseguido la protección estructural, y de muchas negociaciones logramos comprarlo”, especificó Mazure en diálogo con Télam.
"El Tribunal de Tasaciones de la Nación le adjudicó un valor de 20.680.000 pesos y terminamos cerrando la operación en 19.500.000 pesos”, detalló.
Tras la compra, la funcionaria destacó que “una vez que conseguimos la sala para el Estado, en una compra que nos enorgullece, de inmediato hicimos un llamado a licitación porque hay que cambiarle todo el techo”.
"Descubrimos –reveló- que esa remodelación era necesaria cuando quisimos instalar la antena de recepción digital para que pudiera recibir por esa vía las películas a través de ARSAT, y el techo no aguantaba el peso”.
Entusiasmada con las obras a encarar, detalló que "se reciclarán el techo y la fachada para que en dos meses tengamos un cine Gaumont en toda su dimensión de gloria y de belleza para poder volver a trabajar allí”.
En el mismo sentido y trazando la política de gestión que sostiene el Incaa, Mazure añadió que "estamos felices con la compra del Gaumont porque cuando abra sus puertas va a estar totalmente digitalizado, al mismo tiempo que se digitalizan otras 50 salas con equipamiento del última generación 2D y 3D, también con mejoramiento de pantalla y sonido”.
"Esto quiere decir –insistió- que vamos a tener cada vez más salas competitivas para todo lo que es el cine nacional, frente a las salas que en su mayoría están dentro de centros comerciales”.
En 2004 fue lanzado el programa Espacios Incaa, con el fin de garantizar la exhibición del cine nacional y latinoamericano en todo el país y a precios populares, frente a la hegemonía del cine hablado en inglés en los circuitos comerciales, tal como viene ocurriendo desde la década del 90.
En la actualidad ya funcionan alrededor de 40 salas dentro del programa, y el Gaumont-Km 0 se convirtió en todo este tiempo en el mejor de los ejemplos, con una concurrencia constante y sorprendente que también incluyó muestras de cine europeo.
"Pensamos en la democratización de la cultura, en más voces, que es meta de la política de Estado de la última década", apuntó Mazure, en cuya gestión se ha consolidado la industria del cine nacional, con filmes comerciales e independientes en una producción anual de alrededor de un centenar de títulos que llegan a las pantallas y recorren el mundo.
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