A finales de los `50 y principios de los `60, tras deambular por varios países latinoamericanos, Perón logró más seguridad en la residencia madrileña `17 de Octubre` en Puerta de Hierro, que se convirtió en lugar de reuniones más o menos secretas con delegados, sindicalistas y políticos que lo ayudarían, o no, en la vuelta a su tierra.
Es una época con claroscuros, con enigmas que todavía no resueltos, como lo fueron las presencias de Isabel Martínez, de José López Rega, pero también de otros personajes claves, como el más tarde presidente Héctor J. Campora, Rodolfo Galimberti, Antonio Cafiero y José Ignacio Rucci.
"En esta historia hay leales, y desleales, pero a simple vista todos se confundían. Perón estaba rodeado de amigos pero también de enemigos y toda esta es una etapa que intentamos reconstruir, con algo de verdad y mucho de ficción que es la que nos ayuda a recrear mejor la historia", aseguró Laplace en diálogo con Télam.
"No es casual que en la primera escena haya un Perón solo frente al espejo y que en la final se lo vuelva a ver solo, despojado, cuando está por regresar a la Argentina’, asegura el actor, que ya incursionó cuatro veces en el cine como director, esta vez, como en su único documental, con otro cineasta.
Laplace, que el 30 de mayo cumplirá 70 años, es recordado como cineasta por su ópera prima "El mar de Lucas", que presentó en Mar del Plata en 1999, "La mina", de 2004, y el documental "Angelelli, la palabra viva", codirigido con Fernando Spiner, de 2006, así como el corto "Ser útil hoy".
La película de Laplace y Fernández fue presentada con éxito en el Festival de Mar del Plata en 2012, donde ganó el premio Movie City, y más recientemente en la muestra de cine argentino y europeo Pantalla Pinamar.
El guión, que Laplace escribió con Leonel D`Agostino y tuvo un primer borrador en el que colaboró el recordado guionista y director Santiago Carlos Oves, usa como excusa para el relato el ficcionado encuentro de Perón con una joven sastre madrileña.
Ese personaje, encarnado por Natalia Mateo, descubre de quien se trata y al quedar embelesada por su simpatía y sus anécdotas, le regala al entonces ex mandatario en el exilio un grabador de cinta del tipo Geloso, para que registre esas historias nunca contadas desde una perspectiva personal.
Laplace y Fernández se meten desde la ficción en un territorio hasta ahora no abordado, y hasta temido: el que tiene que ver no solo con Perón y su tercera esposa, María Estela Martínez, interpretada con singular precisión por Victoria Carreras, sino también con el siniestro secretario José López Rega, en memorable trabajo de Adolfo Yanelli.
Como si esos personajes conocidos como “el entorno” fuesen un desafío menor, también pone en la mira al fallecido dirigente montonero Rodolfo Galimberti, el dirigente sindical Augusto Timoteo Vandor, al entonces futuro presidente Héctor J. Cámpora y al doctor Antoni Puigvert, interpretado por Federico Luppi, entre otros, que tuvieron que ver con ese largo capítulo.
"Esa fue una zona compleja que trabajamos mucho con los actores, desde el guión y la puesta en escena que construyó un triángulo interesante desde lo dramático, donde Isabelita se convierte en un personaje con alguna presencia política, si bien no abordamos el tema político en profundidad, cuando Perón la manda en un primer viaje a la Argentina”, asegura.
"Hay leales y no leales’, asegura Laplace con tono revisionista:: "Perón estaba rodeado de amigos y enemigos y toda esta es una etapa es la que intentamos reconstruir’, asegura el actor, que ya compuso a Perón en ‘Eva Perón’, de Juan Carlos Desanzo en 1996, y en la teleserie ‘Padre Coraje", en 2004.
"Tocar este punto, es decir la relación de Perón con Isabel y López Rega, implicaba un riesgo, un precio a pagar, y por eso tuvimos un gran cuidado de no caer en el morbo, una situación que también se da con la llegada de los restos de Evita a la quinta 17 de Octubre en Puerta de Hierro", explica el director, que además tuvo la responsabilidad de encarnar una vez más al líder justicialista.
“Hay una importante reconstrucción de época, recreamos aquella quinta de Puerta de Hierro aquí en la de San Vicente, rodamos las principales escenas de Madrid en Pamplona, y cuidamos cada detalle tanto de escenografía como de vestuario, lo que implicó una inversión de envergadura”, agrega.
"No es casual que la película termine en octubre de 1972. La situación se torna complicada con esa irrupción de López Rega,
incluso en lo físico, en momentos en que el deseo de Perón era el de volver, consciente de que estaba enfermo y no le quedaba demasiado tiempo de vida”, insiste Laplace.
El guión evidencia un trabajo de investigación no solo a nivel informativo sino también en el encuadre psicológico de cada personaje, y se detectan las influencias de análisis de diferentes ángulos, como los de Tomás Eloy Martínez, José Pablo Feinmann y Norberto Galasso, por ejemplo.
Javier Lombardo interpreta al empresario Jorge Antonio, Manuel Vicente a Cámpora, Sergio Surraco a Galimberti y Federico Luppi encarna al doctor Puigvert, con el que Perón tuvo una relación no solo médico-paciente sino también de larga y entrañable amistad.
Para los rubros técnicos detrás de cámaras, Laplace y Fernández contaron con Diego Poleri en la fotografía, Marcela Sáenz en la edición, Adriana Maestri en la dirección de arte, Marcela Villariño en el diseño de vestuario y el hijo del primero, Damián Laplace, en la música.
"No es casual que la película termine en octubre de 1972. La situación se torna complicada con esa irrupción de López Rega,
incluso en lo físico, en momentos en que el deseo de Perón era el de volver, consciente de que estaba enfermo y no le quedaba demasiado tiempo de vida”, insiste Laplace.
El guión evidencia un trabajo de investigación no solo a nivel informativo sino también en el encuadre psicológico de cada personaje, y se detectan las influencias de análisis de diferentes ángulos, como los de Tomás Eloy Martínez, José Pablo Feinmann y Norberto Galasso, por ejemplo.
Javier Lombardo interpreta al empresario Jorge Antonio, Manuel Vicente a Cámpora, Sergio Surraco a Galimberti y Federico Luppi encarna al doctor Puigvert, con el que Perón tuvo una relación no solo médico-paciente sino también de larga y entrañable amistad.
Para los rubros técnicos detrás de cámaras, Laplace y Fernández contaron con Diego Poleri en la fotografía, Marcela Sáenz en la edición, Adriana Maestri en la dirección de arte, Marcela Villariño en el diseño de vestuario y el hijo del primero, Damián Laplace, en la música.
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