La lucha organizada de un grupo de porteños con serias dificultades para conseguir una vivienda digna es el eje de “Errantes”, un documental de Lisandro González Ursi y Diego Carabelli que revela la crisis habitacional que existe en la ciudad de Buenos Aires.
Se trata de un filme pequeño pero valioso que muestra la forma en la que los habitantes de un asentamiento a punto de ser desalojados se unen en cooperativa y, mediante la organización, la solidaridad y el trabajo, buscan superar la precariedad de su estado habitacional, pese a la oposición de algunos vecinos de Mataderos, donde tienen planeado construir sus viviendas.
La película también expone los prejuicios sociales, los temores y la xenofobia que son fomentados por algunos medios de comunicación, que potencian el malestar entre los vecinos al hablar despectivamente de estas familias de trabajadores, confundiendo humildad y falta de recursos con delincuencia.
“El eje del documental era mostrar cómo este grupo se enfrentaba al desalojo. La idea era reflejar este proceso tan complejo y que no es común que se vea, revelar lo difícil que es organizarse para encontrar una vivienda digna”, afirmó Carabelli, que anteriormente fue uno de los directores del filme colectivo “Los pernoctantes” (2008).
En una entrevista con Télam, el director -que desarrolló el filme junto a González Ursi en El Observatorio, Escuela de Cine Documental- señaló que “la película muestra que la gente, si se organiza, puede lograr acceso a una mejor vivienda. El cambio que lograron no hubiera sido posible si no hubieran estado organizados en una cooperativa”.
“Errantes” es el registro pormenorizado del proceso de autogestión de estas familias para salir de la indignidad y la pobreza, mientras esperan ser desalojados por el gobierno porteño de La Lechería, un asentamiento de La Paternal ya demolido que fue símbolo durante décadas de la precariedad habitacional de los sectores más empobrecidos de la ciudad.
Surgido de las quiebras consecutivas de una envasadora de leche, desde la década del `80 la cantidad de ocupantes de La Lechería fue creciendo año tras año, hasta llegar a tener más de mil personas viviendo en su interior.
El documental de Carabelli y González Ursi sigue el proceso de una cooperativa de vivienda conformada por sus habitantes y su proyecto de mudanza a un terreno que consiguieron en el barrio de Mataderos, donde los vecinos formaron un frente para rechazarlos por “villeros”, con una campaña de prensa y agresiones.
“El espacio de La Lechería nos parecía que tenía un valor cinematográfico muy fuerte y cuando en 2008 nos enteramos que a fin de año sería el desalojo nos pusimos a trabajar contrarreloj con la idea de contar cómo la gente hacía frente a la situación”, recordó Carabelli.
“La oposición de los vecinos de Mataderos a que ellos se instalasen y construyeran sus propias viviendas es algo muy complejo que refleja una cuestión importante arraigada en la sociedad, especialmente en los porteños, que muchos creen que los demás no tienen los mismos derechos que ellos”, dijo el cineasta.
Y agregó: “Los vecinos de Mataderos son gente que también tiene falta de recursos y problemas habitacionales. Es muy compleja la situación, pero frente a la desigualdad que todos viven se la agarran con aquellos que están peor que ellos. Es una lucha de pobres contra pobres”.
“Otra de las cosas que nos parecían interesantes era el comportamiento de los medios de comunicación y la discriminación y los prejuicios que se generan o fomentan desde algunos canales de televisión”, señaló Carabelli.
El realizador explicó que “los medios no intentan explicar qué pasa, cuál es la situación de los involucrados, si no que se ubican en el lugar de jueces y definen quién es bueno o malo y quién puede o no puede tener acceso a una vivienda”.
Carabelli recordó que “todas las notas que se hacían sobre el desalojo ya venían llenas de prejuicios, porque se trataba a esta gente de vagos y ladrones. El punto de vista de los medios siempre está puesto en el lugar de la discriminación”.
Con respecto a la política habitacional del gobierno porteño, el director señaló que “hubo una reducción de presupuesto. Evidentemente no se está invirtiendo para el acceso a una vivienda propia y digna de un montón de gente que vive en situación de hacinamiento. Por eso, el déficit habitacional está creciendo en la ciudad”.
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