Las jornadas "El último argentino del S. XX. David Viñas" comenzaron hoy en la Biblioteca Nacional para dar cuenta del campo intelectual y literario del escritor y ensayista fallecido en 2011, un hombre que "forjó un estilo y una lengua", según destacó María Pia López, directora del Museo del Libro y de la Lengua.
La inauguración de las jornadas, que se extenderán hasta el próximo sábado, se realizó hoy en la sala Juan L. Ortiz y contó con la presencia de Horacio González, director de la Biblioteca Nacional; Américo Cristófalo, director del departamento de Letras de la UBA, y López, quienes expusieron sus reflexiones en torno a la figura del prestigioso crítico literario(1929-2011).
Ante estudiosos, jóvenes y amantes de las letras, Cristófalo fue el primero en recordar a Viñas; destacó su concepto histórico sobre los procesos políticos del 30 al 90, "la no valoración - o más bien, exclusión- del pasado en su narrativa" y sus investigaciones; su "desprecio a la moral del progreso y la moral burguesa", e invito a repensar algunos de sus textos más prestigiosos.
Contundente, Cristófalo aseguró la fuerte inclinación del ensayista por el teatro: "La lengua de Viñas es una lengua teatral que apela a las figuras y tonos de la realidad". En ese sentido, señaló que "teatraliza la historia literaria".
En relación, a su esencia cotidiana, Cristófalo dijo ante un público atento que tomaba apuntes que "Viñas era un actor. Estaba todo el tiempo en escena. Incluso para los momentos en los cuales no estaba en escena, decía que estaba `balconeando´, como mirando al espectador, guardado".
"Estar en escena de manera potente como estaba Viñas produce efectos teatrales. Lo más inmediato es la fascinación o el de la incomodidad. Algunos personajes del mundo literario se incomodaban con su presencia", deslizó.
Respecto a ese acento de la dramaturgia en Viñas, Cristófalo aprovechó para demostrar cómo también el historiador construía o hacía actuar a sus personajes literarios (Lugones, Sabato): "dramatiza el escenario de las letras argentinas".
Por su parte, López habló sobre el título de las jornadas "El último argentino del S. XX" y su relación con "Tartabul", "una novela escrita en sus últimos años pero con su mayor experiencia".
Además se refirió a la lengua en estado de violencia del autor; el análisis del poder, la postura ideológica, los linajes literarios -como Martinez Estrada- y la negatividad, hechos que lo "convirtieron en un crítico tan duro como sutil".
En ese sentido, López aseguró que "David forjó un estilo y forjó una lengua".
Entre tradiciones literarias, la directora del Museo del libro y de la Lengua recordó anécdotas del escritor. "Lograba poner al otro -un entrevistador- en situaciones absurdas. Hacía que no entendía, actuaba. Un día fue a un programa y criticó la escenografía. Eso es interesante para ver cómo Viñas pasa de la crítica de los grandes fenómenos folclóricos a poder pensar microscópicamente el poder".
Finalmente, González valoró su forma de ser y percibir el mundo: "Era un analista de los signos.", afirmó. Al tiempo que dijo que Viñas "era un monólogo que necesitaba de testigos".
El director de la Biblioteca recordó, entre tanto, sus encuentros con Viñas así como también las metáforas del escritor sobre el cuerpo, y en un plano más personal, "la forma lenta de su suicidio que a primera vista se veía en su vestimenta de `linyera`", la pecera de humo en la que vivía y su voz "de volumen alto". "Era un hombre que había perdido el mundo", remarcó.
Luego de hablar sobre el vínculo con las instituciones, Sartre y el fracaso, González cerró su discurso sin ninguna duda: "A mí me falta David Viñas".
Hasta el próximo sábado, se sucederán mesas y paneles a cargo de destacados estudiosos, especialistas y escritores, quienes tendrán un espacio para exponer sus trabajos sobre la figura del ensayista. Asimismo, se proyectarán dos películas y un monólogo interpretado por la actriz Soledad Silveyra.
Las actividades de "El último argentino S.XX. David Viñas" se desarrollan en forma libre y gratuita en la Biblioteca Nacional, Agüero 2502.
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