El joven cineasta se convirtió en uno de los directores más exitosos de Hollywood con “Mamá”, su opera prima, una película de terror sobrenatural sobre la relación entre dos niñas huérfanas y un ente fantasmagórico.
Con la producción ejecutiva del mexicano Guillermo del Toro, una verdadera eminencia en lo que a cine fantástico respecta, la película cuenta con el respaldo de los estudios Universal y con la actuación protagónica de Jessica Chastain, quien se hizo conocida recientemente por su papel de una agente de la CIA en “La noche más oscura”, de Kathryn Bigelow.
Egresado de la Universidad del Cine de Buenos Aires, Muschietti filmó en 1999 el emotivo cortometraje “Nostalgia en la mesa 8”, sobre un crack del fútbol que cae en desgracia por jugar en chancletas, y en 2001 -en plena crisis socioeconómica en la Argentina- se radicó en España, donde filmó un corto de terror llamado “Mamá”.
Ese pequeño filme de tres minutos, que causó furor en el Festival de Cine Fantástico de Sitges con una historia mínima sobre dos niñas que escapan y se esconden de una presencia conocida por ellas pero amenazante, fue el germen de esta superproducción hollywoodense que recaudó más de 33 millones de dólares en sus primeros cuatro días de exhibición en los Estados Unidos.
Muschietti, que escribió el guión de su largometraje junto a su hermana Bárbara, toma esa anécdota como punto de partida para narrar una historia sobrenatural -con claras referencias a los filmes japoneses de fantasmas- sobre dos niñas abandonadas por su padre en una cabaña perdida en medio de un bosque, que pasan varios años allí, solas, sobreviviendo gracias a los cuidados de “mamá”.
Cuando finalmente son halladas, las niñas se mueven, comen y actúan como animales, y la madre a la que permanentemente hacen referencia con sus balbuceos no es una persona de carne y hueso, sino el fantasma de una mujer cuyo espíritu permanece como una presencia oscura y ominosa que espera el momento de recuperar a su bebé.
La tristísima historia personal de esa mujer -una subtrama que se expresa a través de las espantosas pesadillas que sufre la protagonista- retrotrae al filme a una época oscura en la que ella escapó de un hospital neuropsiquiátrico y murió al caer a un precipicio cuando intentaba huir con su bebé, de la cual la habían separado.
Las niñas son encontradas gracias a los esfuerzos de su tío, que pasó años buscándolas y que ahora las adopta, a pesar del estado de brutalidad y primitivismo en el que se encuentran, sin poder articular palabras, moviéndose y arrastrándose como alimañas, comiendo cucarachas y hablando con un ente que sólo ellas pueden percibir.
El argentino Muschietti se luce en su primera película con un estilo visual refinado, con un comienzo inquietante, misterioso y lleno de aciertos cinematográficos, que lamentablemente se van disolviendo a medida que la trama avanza, ya que empiezan a aflorar ciertos lugares comunes -tanto en el guión como en la puesta en escena- propios de las películas de terror más comerciales.
Sin embargo, y más allá de un final tan espectacular como olvidable, la película logra inquietar y llegar a genuinos clímax de terror en base a recursos tan sencillos y efectivos como el fuera de campo, omitiendo o negando a los ojos de los espectadores la figura espectral de “mamá”, y trasladando el horror a la mirada perturbada de los personajes que sí pueden observarla.
El éxito de “Mamá” parece abrirle una carrera promisoria a Muschietti en Hollywood, donde ya se anuncia la producción de una secuela de esta película de terror y donde además el argentino habría sido contratado para adaptar y llevar a la pantalla grande el libro “Bird Box”, del escritor y músico Josh Malerman.
No hay comentarios:
Publicar un comentario