Mariana Pellegrino está al frente de la Comisión de Alfabetización de Avellaneda como resultado de una vocación de toda la vida, inspirada en su madre María del Carmen Di Blasi, secuestrada y desaparecida por la dictadura.
"Mamá era docente y militante peronista en los 70, y alfabetizaba trabajadores en el barrio donde vivíamos: La Paternal. A mí una vez me pareció gracioso que le tuviera que enseñar a un corpulento obrero cuando yo, una niña, ya sabía leer. Su explicación me marcó", relata.
Pellegrino siempre quiso ser docente, pero la dramática pérdida de su madre, su casamiento a los 14 años y la temprana maternidad le cortaron muchos proyectos.
La vocación persistió, y cuando la Municipalidad de Avellanada la incorporó, gracias a una ordenanza para dar trabajo a hijos y nietos de desaparecidos, alfabetizar ya era su militancia personal.
Terminó creando un programa para todo el distrito, que el intendente Jorge Ferraresi aprobó de inmediato.
Hoy, a sus 46 años, casada, tres hijos y un nieto, no solo conduce el "Yo sí puedo Avellaneda", sino que además está finalmente terminando la secundaria por el plan nacional Fines.
Cristian Manfil, 36 años, casado, dos hijos, también es hijo de víctimas de la dictadura; ingresó en la comuna por la misma ordenanza y así comenzó a colaborar con Mariana.
Manfil ya ha dado pruebas de su vocación de servicio a la comunidad como bombero voluntario en el pueblo cordobés de La Granja y formándose como técnico en Prevención de la Cruz Roja.
Rodrigo Martínez, en cambio, es de Olguín, en el este de Cuba; tiene 55 años, esposa y dos hijos. Máster en Ciencias Pedagógicas, dirige en su país una escuela secundaria básica, y no es la primera vez que está lejos de su casa en una misión de solidaridad internacional, pues ya estuvo en Angola, de 1983 a 1985, enseñando Física.
A la Argentina llegó hace seis meses, por dos años con 30 días de vacaciones al promediar la permanencia. "El esfuerzo se compensa cuando vemos los resultados. Los egresos son muy gratificantes", asegura.
La cuarta integrante del equipo es Claudia Rijo, 40 años, separada, dos hijos; quien se plegó de inmediato a la propuesta de Mariana y la secunda desde entonces.
Todos actúan en la órbita del director municipal de Enseñanza Artística, Gonzalo Vásquez Flores.
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