“Incaa TV viene a coronar una política de comunicación fuertemente democrática”. La presidenta del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, habla de la nueva señal que estará al aire el jueves. El crecimiento del cine nacional, los desafíos de la ley de medios y Ventana Sur.
A Liliana Mazure pareciera haberle tocado estar en el momento justo, en el lugar indicado. Al frente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) desde abril de 2008, su gestión logró una estampida productiva de películas nacionales a través de un fuerte fomento a la industria. Los estrenos pasaron de ser 80 en 2008, a 90 en 2009, y se calcula terminar 2010 con 110 películas estrenadas. Además, hubo un aumento de más de un 26% en la cantidad de espectadores argentinos que se reconciliaron con el cine nacional. Trabajadora incansable, su mandato estuvo acompañado por políticas que favorecieron el fomento a la industria cinematográfica nacional. La creación del sistema de Televisión Digital Abierta y la demanda producida por las nuevas señales concretó la creación de nueve concursos para promover la producción de contenidos para la TV digital, que vienen teniendo una respuesta masiva por parte de productoras pequeñas y también de las más consagradas. La puesta en marcha de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, la reciente creación de la Cinemateca nacional, y las grandes expectativas para la segunda edición de Ventana Sur (mercado que busca construir vínculos entre los productores de cine latinoamericano y los compradores internacionales) también son festejados por un sector que crece y se afianza a pasos agigantados. No sin dificultades, y a veces “a los empujones”, la directora y productora cinematográfica confiesa que se trata de un contexto “soñado”.El nuevo desafío será el lanzamiento de la señal Incaa TV, que desde el próximo 28 de octubre formará parte del nuevo sistema de televisión pública digital. Serán 24 horas de películas orientadas a la difusión del cine argentino en todas sus épocas y géneros, cine latinoamericano y films relevantes de la producción mundial.
–¿Cuáles son sus expectativas sobre la salida de Incaa TV?–El canal forma parte de una serie de iniciativas que no tienen precedentes en ninguna parte del mundo: que el Estado se ocupe –en el caso nuestro en particular– de la producción de contenidos de cine, del fondo de fomento que es el Incaa para la producción cinematográfica y de televisión. Incaa TV viene a coronar un proyecto de comunicación profundamente democrático. Estamos en un momento muy particular en el mundo entero por las nuevas tecnologías y la televisión digital que producen una gran segmentación de públicos. Se acabaron aquellos grandes números de rating porque el público se segmenta de acuerdo con sus intereses, arma su propia programación.–Sectores opositores y algunos periodistas son críticos con la creación de los nuevos canales estatales y alertan sobre el armado de un “multimedios kirchnerista”. ¿Cuál es su opinión al respecto?–Es una iniciativa estatal fuertemente democrática, no se está armando un multimedios kirchnerista. Esta decisión es tomada por este Gobierno, pero estamos en un país democrático y habrá otros gobiernos. Estos canales no quedan en poder del kirchnerismo, quedan en poder de todos los argentinos. Eso es lo importante, lo que no tiene precedentes. Creo que esto se opone a muchos intereses por un lado y afecta muchas cabezas, muchas estructuras de pensamiento, de producción y exhibición.–Con la salida de Incaa TV, ¿el mecanismo de estreno seguirá siendo el mismo, primero en cine y después pasa a la televisión?–Sí, el estreno en sala es algo importante, tiene que seguir existiendo. Imaginate que hay realizadores que hacen el estreno y van 800 personas y después en la semana van 300 más. En total tuvo, con suerte, 1.500 espectadores. En cambio, si lo pasan por televisión, pueden verlo 100 mil personas. En la televisión pública, si se van a repartir 1.500.000 decodificadores, la pueden ver un millón de personas, por lo menos.–¿Cuál es la situación actual de la producción cinematográfica nacional? –Esta semana se estrenó la película número 88 del año, y estimamos que vamos a terminar 2010 con alrededor de 110 estrenos. El problema que tenemos hoy es de pantalla, no de producción. Las películas se empujan unas a otras, algunas no se han podido estrenar porque para estrenarlas había que bajar otra a la que le estaba yendo muy bien. En el Gaumont estamos con diez películas al mismo tiempo. No es la producción el problema, sino la exhibición. Igual, creo que debemos seguir produciendo la mayor cantidad de películas, series, cortos, documentales, que el sector de la producción pida y demande, porque tanto en cine como en televisión se crece produciendo, se mejora con la práctica.–¿Qué políticas implementan desde el Incaa para seguir fomentando la producción y al mismo tiempo garantizar la exhibición de las películas? –El canal es una, como todos los canales públicos. Todo lo que es producción digital del Incaa –documentales, cortometrajes– ya se los entregamos a los canales del interior del país a través de la firma de convenios, porque empiezan a necesitar contenidos. Es una decisión política que quiebra esa disparidad y esa incongruencia de que se produzca mucho y se muestre poco. Hace poco cerró el concurso para producciones para televisión digital pública y se presentaron 60 proyectos para las series de documentales y 38 de ficción. Muchísimo. Y es fantástico ver quiénes son las empresas productoras: se presentó Olivera, Endemol… y muchas productoras del interior que cuentan con la ayuda de capacitación.Estimamos que vamos a tener cerca de mil horas de producción de televisión, de las que vamos a elegir 230 de acá a diciembre.–¿La producción de cine también está concentrada en Capital Federal como ocurre con la televisión?–Sí, está muy concentrada. Esto no quiere decir que los realizadores no filmen en el interior. Pero muy pocos son realizadores de las provincias y, si lo son, es gente que está viviendo en Buenos Aires. Por eso estamos impulsando el fomento regional.–¿Eso podrá ayudar a crear fuentes de trabajo a nivel local a partir de la formación de pequeñas industrias culturales?–La producción a nivel local ha crecido muchísimo. Nosotros lo impulsamos desde que asumimos, viajamos al interior y hablamos con cada una de las provincias y el grupo de realizadores. Los hemos impulsado a gestionar, quizás más que a producir. Es muy importante saber gestionar, porque la capacidad de producción viene después. Quien más se ha desarrollado en ese sentido es la región NEA, Misiones, Chaco, Formosa y ahí se juntó Entre Ríos con ellos. En Chaco, la Secretaría de Cultura ya pasó a ser instituto con autarquía en su presupuesto. Hace tres semanas estuvimos allá y lanzamos el canal cultural propio con dinero para producción.–¿A qué se debe que la Argentina sea el país con más estudiantes de cine del mundo?–Más que la Unión Europea toda junta. Creo que tiene que ver con el nivel educativo que tiene la Argentina, a diferencia de otros países de Latinoamérica. Con las leyes y las reformas educativas que tenemos desde hace dos siglos, con el acceso a la educación de todos los sectores populares desde la etapa del peronismo. Todo esto fue conformando una clase con un cierto nivel educativo que es muy necesario para hacer cine porque es lo que permite tener metodología. También tiene que ver mucho con la existencia del Incaa, una institución del Estado que fomenta la producción desde el ’57. Hay institutos similares en Francia, en países con alto nivel de desarrollo cultural y educativo, pero en Latinoamérica no.–¿Cuál es la situación de la industria de cine argentino en comparación con la de otros países latinoamericanos?–Las diferencias nos quedan muy claras en Ventana Sur, donde con sumo detallismo y voluntad trabajamos para traer toda la producción latinoamericana del último año. El año pasado tuvimos 454 películas de las cuales 180 eran argentinas, 82 brasileñas, 63 mexicanas, y el resto dividido en las mismas proporciones entre Chile, Venezuela, Puerto Rico, Perú, Bolivia, Uruguay y Colombia.–¿Y qué expectativas tienen para este año?–Muchísimas. El objetivo es tener realmente un mercado donde Latinoamérica sea el foco, porque cuando vamos a los mercados internacionales estamos a los codazos, sobre todo con los orientales. Desde que apareció el cine oriental nos mató, los compradores se te escapan para diferentes cinematografías.–¿Qué es lo más aceptado del cine argentino en el mercado internacional?–Tenemos un sistema que nos dio la gente de Cannes, la Video Librería, en el cual cada vez que se ve una película, queda registrado cuál es. La más vista y consultada por los compradores fue 100% Lucha. En segundo lugar, Rompecabezas. Es bárbaro descubrir esas cositas porque demuestran que muchas veces hay interés en producciones que, tal vez, no funcionaron bien con el público local.–¿La creación de la Cinemateca y Archivo de la Imagen es un sueño cumplido?–Desde antes de asumir en el Incaa la cinemateca fue un desafío que enfrenté y que logramos. Es algo fantástico. No puede ser que no tuviésemos una cinemateca nacional. La de México cumplió 50 años. Estuvimos en el homenaje que se le hizo en el festival de Guanajuato y yo les decía “toda mi sana envidia”, y unos días después la tuvimos. Se calcula que se perdió el 90% del cine mudo y un 50% del sonoro. Fueron años de total abandono.–¿Cuáles serán los principales efectos de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual en la industria del cine?–La ley va a incidir enormemente en beneficio de todo el sector porque obliga a que el cine que se exhibe por televisión tenga un porcentaje determinado de producción nacional. Las señales de aire deberán realizar ocho películas al año, de las cuales tres pueden ser telefilmes. Los canales deben participar desde el principio de la producción de las películas con la compra anticipada de derechos de antena. Esto estimulará muchísimo la producción cinematográfica nacional, que hoy depende, en gran parte, de los subsidios del Estado. Pero además, será un negocio también para los privados.–Nueva Ley de comunicación audiovisual, televisión digital, canal propio: se vienen fuertes desafíos para el cine nacional... –Está totalmente en condiciones de afrontarlos. El sector tiene ganas y capacidad. Sólo faltaba abrir el camino
Consejo de Medios
Audiovisuales Preservación
Documental y Defensa de la
Audiencia
A Liliana Mazure pareciera haberle tocado estar en el momento justo, en el lugar indicado. Al frente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) desde abril de 2008, su gestión logró una estampida productiva de películas nacionales a través de un fuerte fomento a la industria. Los estrenos pasaron de ser 80 en 2008, a 90 en 2009, y se calcula terminar 2010 con 110 películas estrenadas. Además, hubo un aumento de más de un 26% en la cantidad de espectadores argentinos que se reconciliaron con el cine nacional. Trabajadora incansable, su mandato estuvo acompañado por políticas que favorecieron el fomento a la industria cinematográfica nacional. La creación del sistema de Televisión Digital Abierta y la demanda producida por las nuevas señales concretó la creación de nueve concursos para promover la producción de contenidos para la TV digital, que vienen teniendo una respuesta masiva por parte de productoras pequeñas y también de las más consagradas. La puesta en marcha de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, la reciente creación de la Cinemateca nacional, y las grandes expectativas para la segunda edición de Ventana Sur (mercado que busca construir vínculos entre los productores de cine latinoamericano y los compradores internacionales) también son festejados por un sector que crece y se afianza a pasos agigantados. No sin dificultades, y a veces “a los empujones”, la directora y productora cinematográfica confiesa que se trata de un contexto “soñado”.El nuevo desafío será el lanzamiento de la señal Incaa TV, que desde el próximo 28 de octubre formará parte del nuevo sistema de televisión pública digital. Serán 24 horas de películas orientadas a la difusión del cine argentino en todas sus épocas y géneros, cine latinoamericano y films relevantes de la producción mundial.
–¿Cuáles son sus expectativas sobre la salida de Incaa TV?–El canal forma parte de una serie de iniciativas que no tienen precedentes en ninguna parte del mundo: que el Estado se ocupe –en el caso nuestro en particular– de la producción de contenidos de cine, del fondo de fomento que es el Incaa para la producción cinematográfica y de televisión. Incaa TV viene a coronar un proyecto de comunicación profundamente democrático. Estamos en un momento muy particular en el mundo entero por las nuevas tecnologías y la televisión digital que producen una gran segmentación de públicos. Se acabaron aquellos grandes números de rating porque el público se segmenta de acuerdo con sus intereses, arma su propia programación.–Sectores opositores y algunos periodistas son críticos con la creación de los nuevos canales estatales y alertan sobre el armado de un “multimedios kirchnerista”. ¿Cuál es su opinión al respecto?–Es una iniciativa estatal fuertemente democrática, no se está armando un multimedios kirchnerista. Esta decisión es tomada por este Gobierno, pero estamos en un país democrático y habrá otros gobiernos. Estos canales no quedan en poder del kirchnerismo, quedan en poder de todos los argentinos. Eso es lo importante, lo que no tiene precedentes. Creo que esto se opone a muchos intereses por un lado y afecta muchas cabezas, muchas estructuras de pensamiento, de producción y exhibición.–Con la salida de Incaa TV, ¿el mecanismo de estreno seguirá siendo el mismo, primero en cine y después pasa a la televisión?–Sí, el estreno en sala es algo importante, tiene que seguir existiendo. Imaginate que hay realizadores que hacen el estreno y van 800 personas y después en la semana van 300 más. En total tuvo, con suerte, 1.500 espectadores. En cambio, si lo pasan por televisión, pueden verlo 100 mil personas. En la televisión pública, si se van a repartir 1.500.000 decodificadores, la pueden ver un millón de personas, por lo menos.–¿Cuál es la situación actual de la producción cinematográfica nacional? –Esta semana se estrenó la película número 88 del año, y estimamos que vamos a terminar 2010 con alrededor de 110 estrenos. El problema que tenemos hoy es de pantalla, no de producción. Las películas se empujan unas a otras, algunas no se han podido estrenar porque para estrenarlas había que bajar otra a la que le estaba yendo muy bien. En el Gaumont estamos con diez películas al mismo tiempo. No es la producción el problema, sino la exhibición. Igual, creo que debemos seguir produciendo la mayor cantidad de películas, series, cortos, documentales, que el sector de la producción pida y demande, porque tanto en cine como en televisión se crece produciendo, se mejora con la práctica.–¿Qué políticas implementan desde el Incaa para seguir fomentando la producción y al mismo tiempo garantizar la exhibición de las películas? –El canal es una, como todos los canales públicos. Todo lo que es producción digital del Incaa –documentales, cortometrajes– ya se los entregamos a los canales del interior del país a través de la firma de convenios, porque empiezan a necesitar contenidos. Es una decisión política que quiebra esa disparidad y esa incongruencia de que se produzca mucho y se muestre poco. Hace poco cerró el concurso para producciones para televisión digital pública y se presentaron 60 proyectos para las series de documentales y 38 de ficción. Muchísimo. Y es fantástico ver quiénes son las empresas productoras: se presentó Olivera, Endemol… y muchas productoras del interior que cuentan con la ayuda de capacitación.Estimamos que vamos a tener cerca de mil horas de producción de televisión, de las que vamos a elegir 230 de acá a diciembre.–¿La producción de cine también está concentrada en Capital Federal como ocurre con la televisión?–Sí, está muy concentrada. Esto no quiere decir que los realizadores no filmen en el interior. Pero muy pocos son realizadores de las provincias y, si lo son, es gente que está viviendo en Buenos Aires. Por eso estamos impulsando el fomento regional.–¿Eso podrá ayudar a crear fuentes de trabajo a nivel local a partir de la formación de pequeñas industrias culturales?–La producción a nivel local ha crecido muchísimo. Nosotros lo impulsamos desde que asumimos, viajamos al interior y hablamos con cada una de las provincias y el grupo de realizadores. Los hemos impulsado a gestionar, quizás más que a producir. Es muy importante saber gestionar, porque la capacidad de producción viene después. Quien más se ha desarrollado en ese sentido es la región NEA, Misiones, Chaco, Formosa y ahí se juntó Entre Ríos con ellos. En Chaco, la Secretaría de Cultura ya pasó a ser instituto con autarquía en su presupuesto. Hace tres semanas estuvimos allá y lanzamos el canal cultural propio con dinero para producción.–¿A qué se debe que la Argentina sea el país con más estudiantes de cine del mundo?–Más que la Unión Europea toda junta. Creo que tiene que ver con el nivel educativo que tiene la Argentina, a diferencia de otros países de Latinoamérica. Con las leyes y las reformas educativas que tenemos desde hace dos siglos, con el acceso a la educación de todos los sectores populares desde la etapa del peronismo. Todo esto fue conformando una clase con un cierto nivel educativo que es muy necesario para hacer cine porque es lo que permite tener metodología. También tiene que ver mucho con la existencia del Incaa, una institución del Estado que fomenta la producción desde el ’57. Hay institutos similares en Francia, en países con alto nivel de desarrollo cultural y educativo, pero en Latinoamérica no.–¿Cuál es la situación de la industria de cine argentino en comparación con la de otros países latinoamericanos?–Las diferencias nos quedan muy claras en Ventana Sur, donde con sumo detallismo y voluntad trabajamos para traer toda la producción latinoamericana del último año. El año pasado tuvimos 454 películas de las cuales 180 eran argentinas, 82 brasileñas, 63 mexicanas, y el resto dividido en las mismas proporciones entre Chile, Venezuela, Puerto Rico, Perú, Bolivia, Uruguay y Colombia.–¿Y qué expectativas tienen para este año?–Muchísimas. El objetivo es tener realmente un mercado donde Latinoamérica sea el foco, porque cuando vamos a los mercados internacionales estamos a los codazos, sobre todo con los orientales. Desde que apareció el cine oriental nos mató, los compradores se te escapan para diferentes cinematografías.–¿Qué es lo más aceptado del cine argentino en el mercado internacional?–Tenemos un sistema que nos dio la gente de Cannes, la Video Librería, en el cual cada vez que se ve una película, queda registrado cuál es. La más vista y consultada por los compradores fue 100% Lucha. En segundo lugar, Rompecabezas. Es bárbaro descubrir esas cositas porque demuestran que muchas veces hay interés en producciones que, tal vez, no funcionaron bien con el público local.–¿La creación de la Cinemateca y Archivo de la Imagen es un sueño cumplido?–Desde antes de asumir en el Incaa la cinemateca fue un desafío que enfrenté y que logramos. Es algo fantástico. No puede ser que no tuviésemos una cinemateca nacional. La de México cumplió 50 años. Estuvimos en el homenaje que se le hizo en el festival de Guanajuato y yo les decía “toda mi sana envidia”, y unos días después la tuvimos. Se calcula que se perdió el 90% del cine mudo y un 50% del sonoro. Fueron años de total abandono.–¿Cuáles serán los principales efectos de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual en la industria del cine?–La ley va a incidir enormemente en beneficio de todo el sector porque obliga a que el cine que se exhibe por televisión tenga un porcentaje determinado de producción nacional. Las señales de aire deberán realizar ocho películas al año, de las cuales tres pueden ser telefilmes. Los canales deben participar desde el principio de la producción de las películas con la compra anticipada de derechos de antena. Esto estimulará muchísimo la producción cinematográfica nacional, que hoy depende, en gran parte, de los subsidios del Estado. Pero además, será un negocio también para los privados.–Nueva Ley de comunicación audiovisual, televisión digital, canal propio: se vienen fuertes desafíos para el cine nacional... –Está totalmente en condiciones de afrontarlos. El sector tiene ganas y capacidad. Sólo faltaba abrir el camino
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