En declaraciones exclusivas a Miradas al Sur, el presidente uruguayo, quien eludió confrontar con los grandes medios, mostró su agotamiento de la manipulación periodística a ambos lados del Plata
Eduardo Anguita: –En el diario Clarín se publicaron declaraciones suyas realizadas a Búsqueda en las que decía, entre otras afirmaciones, que la Argentina “es un país cortado en dos”, criticaba la política económica y resaltaba las diferencias que hay entre su país y el nuestro...José Mujica: –No las vi. Los argentinos no son difíciles ni fáciles, son la cosa más parecida que hay a nosotros, solamente que en una escala más grande, porque son más grandes y más ricos. Nada más. Si en la Argentina les van a dar pelota a Clarín,El País y Búsqueda… (N.de la R.: El País es un tradicional diario uruguayo). En términos directos, acá en el Uruguay están en una campaña tratando de que aparezcan las contradicciones en nuestra fuerza política (por el Frente Amplio), y mostrarnos como que nos estamos matando, y en el plano internacional, están buscando todo lo que pueda aparecer que sirva para una fractura. Entonces, cuando publican estas cuestiones lo hacen un poco fuera de contexto, en forma recortada. Mi sentimiento para con el pueblo argentino es el de siempre, soy su amigo. Ya lo he dicho: por lo menos, a nuestras costas llegan los defectos y no algunas de las virtudes que sería lo más interesante. No los tengo que idealizar, pero los argentinos son mis compañeros, mis compatriotas.–¿Qué orientación tiene Búsqueda?–Es un semanario que no se caracteriza por ser de izquierda, ni estar de nuestro lado, sino en la vereda de enfrente…–Supe que directivos de Clarín estaban tramitando una entrevista para ir a verlo y me llama la atención que justamente ahora lo quieran poner en esta situación tan ridícula. ¿Cómo entiende que hagan una cosa tan contradictoria? –Creo que utilizan estas cosas para alimentar las contradicciones internas de la política argentina. Entonces, me quieren utilizar a mí para darles razones a las diferencias de fondo que tienen en la Argentina, y me parece que sirve de poco, especialmente cuando a uno lo sacan de contexto. En cuanto a lo que dijo (el ex presidente Jorge) Batlle, a lo que me referí es que tenía derecho a pensar lo que quisiera, pero el problema era decirlo así no más. Creo que a nadie se le puede juzgar por lo que piensa. Y con respecto a la templanza de la sociedad argentina, hay diferencias, sí, pero había una diferente situación política en el Uruguay, que tenía una alternativa política muy clara en el horizonte y la Argentina no. Porque, entre otras cosas, las fuerzas que pudieron históricamente haber significado alguna alternativa distinta nunca se pudieron juntar, se miran como quien revisa un huevo con una lupa a ver si le encuentra un pelo, entonces nadie sirve para nada y en esas condiciones me parece que la Argentina intentó la única salida que tenía, pero el costo fue un parto muy doloroso. De todas maneras, me parece que es una etapa que la Argentina dejó atrás y yo, el otro día, vi una masa muy importante del pueblo que estaba solidificando y eligiendo la alternativa que tienen delante de los ojos. Hace tres años, acá en el Uruguay, me pegaron porque yo dije que quienes están en el gobierno argentino iban a ganar de vuelta, y seguramente que en la Argentina me van a pegar el doble por eso, pero es lo que pienso. A algunos argentinos conozco y algo camino por ahí, y tengo que tener en cuenta que ésa va a ser la realidad política de nuestros queridos vecinos.–Si en este momento tuviera que definir la relación que tiene el gobierno de su país con el de la Argentina, sobre todo después de la muerte de Néstor Kirchner, qué tiene para agregar a las muestras de buen entendimiento que ya existen…–Por la muerte de Néstor no cambió nada. Yo trato de tener –y creo que tenemos– la mejor relación posible, lo cual no quiere decir que no tengamos contradicciones que surgen de nuestra propia sociedad. Pero hay una gran diferencia, esas contradicciones no nos arrastran, y este gobierno de este pequeño país tiene una decisión bien clara: hay 300, 400 mil uruguayos viviendo allí, que no se sienten extranjeros. De todas las emigraciones uruguayas, en el único país donde no se sienten extranjeros es en la Argentina. Ya sólo ese hecho obliga a cualquier gobierno uruguayo. Por lo tanto, los líos que pudiéramos tener son líos de familia, así que eso hay que descontarlo. Y vamos a estar al lado de la Argentina en las cosas que duelen, en las más importantes. Nosotros anunciamos que vamos a reconocer a Palestina y vamos a poner un embajador en el campo internacional. Esto nos va a traer unos cuantos dolores de cabeza. Mala suerte, es lo que pasa cuando uno toma una decisión. Y a la Presidenta de la Argentina le pasa lo mismo. Pero creo que hemos encontrado como gobiernos un diálogo, una confianza y una amistad que son envidiables.–¿Cómo avanza la sociedad uruguaya respecto de la impunidad de los crímenes cometidos en su país por los militares? –Estamos progresando, el problema es que tenemos un trancazo interno en la fuerza política. Quisiéramos ir por más, por la derogación de la ley (de amnistía), pero se nos ha creado una contradicción interna porque los uruguayos somos muy institucionalizados. Y como durante dos plebiscitos no se logró la derogación de esa ley, en la fuerza política que está en el Gobierno teníamos los votos teóricamente para derogarla en el Parlamento, pero se nos dieron vuelta tres compañeros porque hubo una decisión plebiscitaria del pueblo. Así que ahora tenemos un trancazo en esta discusión y vamos a ver cómo lo resolvemos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario