La pronta aparición de Muy y Libre no es casual: mientras las ventas de Clarín se desploman y caen las de Perfil, crecen las de Popular, un segmento donde los multimedios quieren hacer pie para, de paso, tener una inserción que la realidad les niega.
Al mismo tiempo, Perfil sufrió una baja en las ventas por tercer año consecutivo en lo que hace a su edición más vendida: la dominical (de 67 mil ejemplares promedio en 2007 a 50 mil en 2010), y La Nación subió de casi 138 mil en 2009 a poco más de 155 mil en 2010, aunque todavía por debajo de sus ventas históricas en la última década.
Pero Clarín, cuya credibilidad se derrumba cotidianamente en el marco de su brutal y desprejuiciada campaña contra el gobierno nacional y los escándalos referidos a Papel Prensa y los "hijos adoptivos" de Herrera de Noble, no sólo perdió lectores "por derecha". Al mismo tiempo, el diario Popular ascendió en el período 2004-2010 de algo más de 71 mil a más de 90 mil ejemplares promedio diario.
Por ello no resulta para nada casual que, la semana próxima, tanto el Grupo Clarín como editorial Perfil lancen al mercado sendos diarios de carácter "popular": como DiarioR informara esta semana, se trata de Muy y Libre, respectivamente.
Sin embargo, estas apariciones no pueden enmarcarse solamente (al menos en el caso de Clarín) como una estrategia comercial destinada a recuperar ventas. Debe advertirse que, en un año marcado críticamente por la agenda electoral, los multimedios buscan hacer pie en el segmento mayoritario de la población, buscando influenciar donde el oficialismo tiene su base electoral mayoritaria.
Es que es allí, justamente en los sectores populares, donde las políticas gubernamentales desde 2003 a esta parte han calado más fuertemente, dado que los tuvo como principales beneficiarios. El fuerte aumento del salario real, las mejoras sensibles en lo que hace a educación y salud públlicas, la política de derechos humanos, entre otros ítems, son definitorias para la masa de asalariados y buena parte de la clase media.
Es en este segmento, entonces, donde los multimedios también quieren "dar la batalla ideológica".
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