miércoles, 20 de abril de 2011

¡¡¡Pakapaka para todos!!!


La negación de poner en la grilla de Cablevisión al canal infantil Pakapaka es una agresión a la libertad de expresión, además de un atentado al estado de derecho.




Cuando hablamos de libertad de expresión por lo general nos referimos a los contenidos, en otras palabras, a aquello que se puede o no decir. Pero eso es tan sólo una parte de lo que la libertad de expresión implica. Existe un aspecto fundamental que a las grandes corporaciones de la comunicación no les conviene que sepamos, pero la libertad de expresión también tiene que ver con la cantidad de voces que acceden a ejercer ese derecho. Habrá libertad de expresión en la medida en la que la mayor cantidad de opiniones posible accedan al debate público. ¿De qué sirve la libertad de expresión si la usa uno sólo? La libertad de expresión no es tal en tanto esté monopolizada. Así, esa carta magistral con la que Clarín ataca, se defiende y victimiza, está siendo vulnerada, antes que nadie, justamente por Clarín.

Los monopolios económicos se quieren sostener como tales en el mercado porque la posición dominante permite controlar ese mercado, poner el precio que se les cante al producto que sólo ese monopolio vende. Parece conveniente para la empresa, no parece conveniente para los usuarios. En fin. Los pattys podrían ser mucho mas baratos.

Clarín es monopolio y quiere seguir siéndolo pero no por el precio de tapa de su diario. Hay algo mucho más perverso y es que Clarín quiere monopolizar la expresión para monopolizar la creación de opinión pública y de sentido. Caramba, eso parece más grave que el precio de los pattys. Por eso Clarín no se banca la más mínima grieta que haya en esa construcción de hegemonía. Porque sabe que una grieta se puede agrandar, expandir y diversificar para terminar por partir la roca. De ahí tan férrea oposición a la Ley de Medios. Una ley antimonopólica que tiene como objetivo principal la pluralidad de voces. “Pluralidad de voces”, resuena como un eco mortífero...Clarín tiene que ser todo o no será.

Pakapaka es una voz más, silenciada por decisión de Clarín. . Una de las tantas, pero da un poco más de bronca. Porque Pakapaka no es un canal de televisión para chicos cualquiera. Es un proyecto cultural y educativo, muy diferente al resto de los canales infantiles. Pakapaka se permite ampliar los horizontes estéticos y hacerse cargo de los contrastes que tiene la infancia. Pakapaka tiene una cosa muy real en contraposición al mundo Cris Morena. Es algo revolucionario que los nenes no sean todos rubios. Pakapaka muestra otros modelos de familia, otros modelos de ser chico y otros modelos de belleza. Pakapaka considera a los chicos y chicas como sujetos de derechos, no los minimiza ni subestima , sino que por el contrario, los pone en una relación de igualdad. Pakapaka hace a los chicos pensar y los dignifica, como ningún otro canal infantil lo hace. Tal vez sea demasiado para la grilla de Cablevisión. Tal vez demasiado para la hegemonía que Clarín pretende construir. Esto sí es un ataque a la libertad de expresión

Qué prepotencia la del monopolio que considera como propio el sentido común y el espacio radioeléctrico (que es de todos). Qué prepotencia la de, con un sólo acto -el de negarse a poner al aire a Pakapaka- desconocer lo establecido por los tres poderes del Estado: la ley sancionada por el Poder Legislativo Nacional, la normativa reglamentaria dictada por el Poder Ejecutivo Nacional y las decisiones del Poder Judicial de la Nación.
Que un grupo de poder incumpla la ley con tal prepotencia atenta contra el Estado de derecho, genera zozobra. ¿Qué “seguridad jurídica” (¿qué querrá decir eso?) puede haber cuando no sabemos cuáles son los poderes fácticos que dirigen al Estado? ¿Qué libertad de expresión hay mientras Clarín siga teniendo el poder de prohibir Pakapaka?

Lo que hay es capacidad de lucha, hay convicciones firmes, hay un proyecto. Y hubo una fiesta hermosa el sábado en el Palacio Pizzurno donde miles y miles de nenes cantaron por sus derechos: Pakapaka para todos.


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