lunes, 7 de mayo de 2012

Crónica de un niño solo

La película argentina dirigida por Leonardo Favio se estrenó el 5 de mayo de 1965. Se la considera una de las mejores películas de la historia del cine argentino.
Crónica de un niño solo es una película argentina de 1965, la primera dirigida por Leonardo Favio, interpretada principalmente por niños, con Diego Puente en el papel protagónico. Estrenada el 5 de mayo de 1965. Ganó el Cóndor de Plata como mejor película de 1966. En una encuesta de críticos, historiadores e investigadores del cine realizada en el 2000 por el Museo Nacional de Cine Argentino, una mayoría (75%) la consideraba como la mejor película de la historia del cine argentino. El cine Argentino de los años sesenta vivió una etapa importante de renovación generacional. Diversas figuras, hasta ahora vigentes, comenzaron a aparecer en el panorama: Fernando Solanas, David José Kohon, Héctor Olivera y Leonardo Favio son solo algunos de los nombres que hicieron su aparición. En general, lo que se vivió en esos años fue una unión de todas las clases sociales en Argentina, lo que permitió que la clase trabajadora se uniera a una clase media y a una clase intelectual, compartiendo las mismas preocupaciones. De esta forma, todo un panorama de investigación y de búsqueda se vivió en el país: un panorama que, en el cine, buscó tocar temas sociales con un tratamiento más bien “europeizado”, si se quiere. Y Crónica de un niño solo, de Leonardo Favio, resulta un magnífico ejemplo de este estilo. Crónica de un niño solo nos cuenta la historia de un niño que vive en un orfanato. Su escape lo llevará a conocer las difíciles condiciones de la vida. Las influencias de la película tienen que ver bastante con el neorrealismo italiano: el estilo más bien realista, evitando cualquier tipo de sentimentalismo y más bien manteniendo una cierta sequedad en el tratamiento del tema resultan importantes aciertos por parte de Favio. Justamente de ahí viene la idea de crónica: lo que vemos es una entrada hacia un mundo bastante difícil, donde todo parece destinado a salir mal. Es por eso que el ritmo del film es lento y reposado, como si las cosas terribles que le ocurren al protagonista ocurrieran porque tienen que ocurrir. Premios: •Premios Cóndor de Plata (1966): mejor película •Festival Internacional de Cine de Mar del Plata (1966): mejor película en español

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