martes, 23 de noviembre de 2010

Políticas públicas para terminar con la brecha digital (Por O. Nemirovsci)

La televisión digital como política pública en la Argentina incorpora una fuerte impronta tecnológica basada en los más modernos sistemas de comunicación, pero al mismo tiempo se impulsa desde una fuerte aplicabilidad social. Esto es: usamos las tecnologías en función de una más y mejor televisión, de llevarla a lugares del país donde hoy no llega. Para los que nunca pudieron ver bien televisión, la digitalización les permite acceder de manera igualitaria, equilibrada y democrática al principal medio de comunicación. Ese es el objetivo de la TV digital: terminar con la irritable y antipática distinción entre aquellas familias que tienen 120 pesos por mes y pueden pagar el cable y el satélite y aquellas otras que no pueden hacerlo y deben contentarse con ver la vieja televisión abierta que, por lo general y sobre todo en el interior de país, se ve mal. De esto se trata cuando hablamos de brecha digital -en este caso vinculada a la televisión- donde los que tienen aparatos viejos o viven en localizaciones cuya geografía no permite que llegue bien la propagación por aire, no pueden verla.La digitalización de la televisión viene a terminar con esta culturización iniciada en los ’80 en la Argentina, en la que para ver contenidos audiovisuales de cierta calidad hay que pagarlos. Hoy tienen acceso a esta nueva televisión en casi toda la Capital Federal, gran parte del conurbano, Campana, Cañuelas, Baradero, La Plata, Luján, Resistencia y parte de Corrientes, donde pueden ver los contenidos de canal 7, Encuentro, Pakapaka, Incaa TV, entre otros. Se van a ir agregando señales vinculadas a la riquísima diversidad cultural que tiene el país y no a los intereses de las cuatro productoras de Capital Federal que llenan de contenidos a todos los canales del interior con valores filosóficos, ideológicos y lingüísticos que poco tienen que ver con las historias federales de cada provincia. La televisión digital es un instrumento de mejoramiento de la calidad social y del equilibrio cultural de nuestro pueblo. Está pensada en esos términos. Al mismo tiempo, es una mejora sustancial en las cuestiones tecnológicas en las que se desenvuelve la Argentina. La matriz productiva del siglo XXI está basada en lo digital. Se acaban los átomos y vienen los bytes, vienen los ceros y unos. Se acaba el fordismo como modelo de producción, se acaba el just in time toyotista, y viene un modelo de producción que tenemos que descubrir, recrear y consolidar, basado en lo digital, que seguramente será sincrónico, atemporal y no dependerá de la energía para funcionar. Será lo mismo la noche que el día, habrá una vinculación inmediata entre una persona y otra, habrá una eliminación de los valores de tiempo y distancia en función de la comunicación. Ese modelo productivo basado en lo digital hace su desembarco en la Argentina con la televisión digital. Después se incorporará a otras industrias, a otras áreas de producción. Que lo haga con la televisión digital no es una decisión azarosa de la magia de los tiempos ni es una decisión de los mercados. Es una política de un gobierno nacional que la impulsa porque cree que el Estado es el que tiene que dar el puntapié inicial para este crecimiento sustantivo de la tecnología argentina.



*Extracto de su discurso en el Foro Internacional de Sociedades Digitales.







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