Los medios dominantes continúan manteniendo fuertemente presente en la agenda la vista de la comisión de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP). En la edición de ayer se evidencia una “preparación del terreno” para destacar, con máxima importancia, el momento en que la entidad haga públicas los “resultados de sus evaluaciones”. El diario de los Noble señala: “El presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Gonzalo Marroquín, encabeza una delegación que pretende comprobar ‘en terreno’ los ataques a la libertad de prensa que se cometen en el país. Su llegada empezó a generar cruces sobre su rol, entre quienes tienen una visión crítica de la política del Gobierno y quienes la defienden”. E insiste: “La visita al país se gestó luego de los bloqueos a la distribución de los diarios, cuando quedó en claro la inacción policial y la complicidad de los funcionarios. A esto se sumó la discrecionalidad en el reparto de la publicidad oficial y las presiones sobre Papel Prensa, entre otros temas de interés.”
En la falacia de utilizar la expresión “ataques a la prensa”, el medio de Noble y Magnetto resume el conjunto de mentiras que intenta instalar en la opinión pública, donde impone con ese rótulo desde las medidas de acción gremial por la política del multimedios de coartar la libertad sindical, hasta el desconocimiento e incumplimiento de la Ley de Medios de la democracia, pasando por el monopolio impuesto desde Papel Prensa. El origen de la participación en esa empresa gestada durante la dictadura con la presunta comisión de delitos de lesa humanidad, y varios temas más, entre ellos, el esperado examen de ADN para determinar la identidad de Marcela y Felipe Noble Herrera. Además, el diario en su página 14 publica una solicitada de una organización aliada, la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA), entidad que nuclea a las empresas dueños de medios de la Argentina.
La Nación en la página 11 sigue en la misma tónica que su socio: “Durante dos días, la SIP auditará el estado de la libertad de expresión en la Argentina, en un contexto preocupante para la prensa independiente. Como ha denunciado el organismo, el Gobierno persigue a los diarios líderes y a Papel Prensa, manipula la publicidad oficial, aplica sanciones a los canales de cable e intenta fracturar a los grandes medios audiovisuales mediante la aplicación de la ley de medios”. El diario vuelve a utilizar el término “auditar”, equiparando la libertad de prensa con una actividad económica cuantificable. Y repite mentiras. En el título, La Nación enfatiza una declaración del presidente de la SIP: “Si se ataca a un periodista, se ataca a la democracia.” ¿Considera la SIP, por ejemplo, un ataque a la democracia, el monopolio sobre Papel Prensa, la falta de libertad sindical en Clarín, o el intento de censura previa que sufrió el periodista Marcelo Almada por parte de Cablevisión, empresa del grupo? Es muy probable que no
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