lunes, 16 de mayo de 2011

Televisión digital en la Argentina: un proyecto social sostenido por la innovación tecnológica (TELAM)

Osvaldo Nemirovsci*

Miles de argentinos pudieron ver, por primera vez, el clásico entre River y Boca por la señal digital de la Televisión Pública. La previa del evento no estuvo exenta de críticas al sistema de televisión digital abierta (TDA), reproches desde sectores que por conveniencia política pasan por alto los tiempos que implica cumplimentar y garantizar el acceso a la pantalla de todos los sectores de nuestra población.

El Estado argentino lleva distribuidos casi 400 mil conversores entre sectores de vulnerabilidad económica, con lo cual más de 1 millón de argentinos pueden acceder a la TDA de forma completamente gratuita.

Pero más allá de quienes han recibido conversores, la señal digital ya cubre un área en la que viven más de 4 millones de personas.

Las 17 plantas transmisoras instaladas a lo largo de un año permiten que 15 señales gratuitas lleguen a hogares que no veían nada o que podían ver un solo canal.

Además, se está avanzando con la preparación de 120 mil conversores para uso de discapacitados auditivos y visuales, siendo la primera vez que se pondrá facilidad en la TV abierta para que estos sectores no queden excluidos.

La televisión digital abierta (TDA) es una técnica, relativamente nueva, de difusión de señales de televisión que va a sustituir a la televisión analógica, que es la que conocemos hasta ahora.

En nuestro país y en virtud de la adopción de la norma ISDB T, permitirá que nuestros hogares reciban más cantidad, gratis, de señales y una mejor calidad de imagen y sonido.

Pero en realidad esto es una parte. Lo importante es que mediante este sistema se podrá acceder a nuevos contenidos, se democratizará el acceso regional y social a la televisión gratuita que hoy no llega a todo el país, se podrá ver TV en los celulares -también de forma gratuita- y básicamente habrá un mecanismo de interactividad entre el público usuario receptor y el emisor de contenidos.

Entonces, podremos quebrar el tradicional flujo vertical de información y entretenimiento y pasar a una verdadera relación bidireccional en los medios de comunicación.

El sistema tiene una fácil explicación. La onda analógica, la famosa “onda hertziana”, se traduce binariamente, o sea que se convierte en ceros y unos mediante lo cual se digitaliza.

Esto hace que se comprima la señal, por lo que ocupa menos espacio en el espectro radioeléctrico, pero a la vez consume menos energía y se utiliza menos potencia para su aplicación.

La digitalización de la TV es el primer paso hacia un nuevo paradigma productivo basado en lo digital y que entornará a múltiples actividades industriales, de bienes y servicios.

Por eso, cuando la presidenta Cristina Fernández toma esta determinación está abriendo un camino al futuro productivo de la Nación y poniendo la capacidad del Estado al servicio de la fabricación nacional, la generación de empleo, la capacitación de trabajadores, técnicos y profesionales de grado y la apertura académica de un nuevo universo del saber que es el de las comunicaciones digitales.

Este tema se asienta en un marco general de políticas públicas que encara nuestro Gobierno y que pasa por terminar con la desigualdad en la Argentina.

Y en la trama comunicacional existe inequidad en el acceso a los medios y hay injusticia en la distribución de sus contenidos.

Por eso, este sistema de TV digital es mucho más que un concepto técnico: se inscribe en el concepto de Justicia Social.

El Ministerio de Planificación quedó a cargo de este proyecto y el ministro De Vido fue categórico al solicitar que el primer eje a tomar en cuenta fuera el de llegar con la transmisión de la señal digital a todo el territorio nacional, impulsando firmemente una noción federal.

La televisión será igual para todos. Habrá una democratización de la estética, que no es poco para quienes, por ejemplo, viviendo en lugares cuya geografía se lo impedía (pequeños pueblos del interior o zonas de montaña), nunca pudieron apreciar la TV en forma normal.

Se acabaron los ruidos y los fantasmas de la pantalla. Con la TDA no habrá más fritura ni interferencias. Los chicos de la Quebrada en Jujuy, de Río Chico en Río Negro y de las zonas más pobres del conurbano bonaerense verán televisión con la misma calidad que lo hacen los que viven en Recoleta, en Fisherton (Rosario) o en los barrios más acomodados de las grandes ciudades.

Contemporáneo a esto estamos viendo como se vincula la emisión con una fuerte capacidad instalada de receptores en los hogares argentinos y en este sentido, no podemos dejar de tener una mirada social y compensatoria hacia los sectores mas postergados o tal vez un actitud resarcitoria de derechos para con esos sectores y colaborar desde el Estado en la facilitación de acceso a la recepción o sea a la adquisición de los conversores.

En el medio de esto y como necesario vínculo, promovemos el tema de los contenidos. Transmisión, contenidos y recepción son nuestros tres primeros abordajes y que venimos realizando con buen ritmo en el poco tiempo que lleva el proyecto.

Si bien buscamos permanentemente consensuar iniciativas con los privados, es el Estado el que tomó en sus manos el inicio de la digitalización, con el objetivo de que no se demore el acceso de millones de argentinos a la ventaja que significa esta tecnología.

Hay costos iniciales y tiempos que tienen que ver con la instalación de transmisores, antenas, transporte -tanto por fibra óptica como satelital-, nuevas localizaciones, etc.

El recurso humano es clave en esta etapa y está surgiendo desde universidades así como de distintos organismos públicos, entidades empresariales, gremiales y artísticas, mujeres y hombres con idoneidad para esta nueva tarea.

La de la TDA es, tal vez, la inversión en tecnología más importante de los últimos tiempos y abre el camino para un nuevo paradigma productivo en otros órdenes no vinculados a los medios, que seguirá el rumbo digital.

Estamos orgullosos y satisfechos con el trabajo realizado.

*Osvaldo Nemirovsci, coordinador general del Consejo Asesor de Televisión Digital


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