miércoles, 11 de abril de 2012

Pintores argentinos: Fernando Fader

Pintor argentino de origen francés, principal introductor de la estética expresionista alemana en Argentina. Nació el 11 de abril de 1882.



Fernando Fader nació en Francia y de muy niño se trasladó con su familia a Argentina. A los seis años regresó a Europa, a Alemania, para realizar sus estudios primarios. Decidió continuar su formación en este país y en 1892 ingresó en el Liceo del Palatinado para iniciar sus estudios de Bachillerato.

En 1898 regresó a la Argentina y realizó sus primeras pinturas. En 1900 viajó de nuevo a Alemania para estudiar pintura, no sin antes dedicar un año a recorrer Europa, visitando sus museos y exposiciones.

En 1901 realizó la prueba de selección para ingresar en la Academia de Bellas Artes de Munich, pero fue rechazado, se matriculó en la Escuela de Artes y Oficios de Munich donde practicó el dibujo durante un periodo de seis meses. Finalmente fue admitido en la Academia de Bellas Artes de Munich, en la Escuela de Pintura de su consejero, el Profesor Heinrich von Zügel.

Acabó sus estudios en 1904 de forma exitosa: obtuvo una Medalla de Plata en el Concurso de la Academia por su cuadro La comida de los cerdos y una Mención por el óleo Mi perro. Al finalizar el curso regresó a Mendoza, Argentina, donde presentó su primera exposición individual en el Club Español. Inmediatamente después expuso su obra en la ciudad de Buenos Aires.

En 1905, Fader abrió su propia academia de pintura en la ciudad de Mendoza. Entre 1907 y 1908, formó parte del grupo de artistas que se reunían bajo el nombre de “Nexus”, al que también pertenecieron Cesáreo de Quirós, Carlos Ripamonte, Pío Collivadino, Alberto Rossi, Justo Lynch y Arturo Dresco. En 1908, el Salón Costa dedicó una exposición a los integrantes del grupo, mientras Fader presentaba una exposición individual en la Galería Witcomb.

Entre 1909 y 1914, hizo un paréntesis en su carrera y abandonó la pintura para dedicarse a la actividad empresarial. La fuerza de su vocación le llevó a reaparecer en el panorama artístico presentando dos óleos al IV Salón Nacional, al tiempo que el Museo Nacional de Bellas Artes adquirió su pintura, galardonada en Alemania, La comida de los cerdos, y la Academia Nacional de Bellas Artes le adjudicó la Cátedra de Paisaje. En 1915 participó en la Exposición Internacional de California, en la que obtuvo el Primer Premio y Medalla de Oro. Dos años más tarde, realizó una exposición individual en la Galería Müller, con la que trabajó regularmente desde entonces.

En 1918 se instaló en la finca de Loza Corral, Córdoba, que sería su residencia definitiva. En 1924, la Sociedad Amigos del Arte organizó su primera exposición retrospectiva, en la que se mostraron cuarenta y tres de sus obras. Continuó pintando incansablemente, se presentó en numerosos salones y llevó a cabo exposiciones a pesar de su mala salud, que empeoró notablemente a partir de 1927. En 1930 realizó la que fue su última exposición en vida.. En 1932 se inauguró, en las salas de la Comisión Nacional de Bellas Artes del Palais de Glace, una gran exposición retrospectiva que reunía ciento ochenta obras de Fader.

Destacan entre sus múltiples óleos y acuarelas los titulados La mantilla, La madre, La liga azul, y la serie titulada La vida de un día, consistente en ocho cuadros que representan el mismo paisaje. Su obra podría clasificarse en distintos periodos emocionales, una etapa en la predominan los colores ocres y pardos y en la que representa interiores oscuros, y otro momento de mayor luminosidad, donde la luz artificial cae sobre los objetos revelando su color.


Fuente: Argentina.ar

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