Por medio de simplificaciones y comparaciones descabelladas, los medios hegemónicos se ocuparon de denostar el discurso presidencial. En este sentido, Clarín y La Nación se vuelven cada vez más “básicos” y “minimalistas” en sus ataques al gobierno. Las notas pensadas y elaboradas con un mix de razonamientos y observaciones lúcidas junto a datos concretos ceden espacio frente a la declamación panfletaria, precisamente una de las supuestas críticas que estos medios suelen dedicar a la administración nacional. La Nación en su editorial de la página 18 hace la siguiente comparación: “Como de costumbre, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner describió a la Argentina como el país de las mil maravillas…” Clarín, por medio de su principal editorialista, Eduardo van der Kooy, agita en la página 7 otra comparación disparatada: “Al hacer el balance de estos años, cualquier desprevenido que hubiera estado escuchando a la presidenta habría dudado si describía a la Argentina... o a un territorio nuevo, tal vez una simbiosis de China con Suiza.” Acuciados por el reloj de de las elecciones, estos medios recurren a la descalificación infantil.
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