Los medios dominantes continúan alimentando y amplificando la “polémica” en torno a la presencia del escritor Mario Vargas Llosa en la Feria del Libro. La Nación, en tapa y en la página 20, brinda su espacio para una extensa nota donde el galardonado con el Premio Nobel vuelve a exponer sus argumentos en contra de los integrantes del espacio Carta Abierta. “(...) los intelectuales kirchneristas dieron marcha atrás. Me alegra coincidir en algo con la presidenta Cristina Fernández, cuyas políticas y declaraciones populistas en efecto he criticado, aunque sin llegar nunca al agravio...” Vargas Llosa olvida que calificar a una primera mandataria o a su gobierno de “desastre”, como lo hizo en 2009, es elemental y agraviante.
El escritor intenta atribuir las razones del “intento de veto” a su condición de extranjero: “Porque lo que parece ofender... por encima de mi liberalismo es que, siendo un extranjero, me inmiscuya en los asuntos argentinos.”
A continuación, elige una comparación temeraria: “Si tal mentalidad hubiera prevalecido siempre en la Argentina, el general José de San Martín y sus soldados del Ejército Libertador no se hubieran ido a inmiscuir en los asuntos de Chile y Perú…” Al borde del colmo, el escritor intenta compararse con José de San Martín y Ernesto “Che” Guevara.
Un literato defensor y propagandista del neoliberalismo, del flujo y la acumulación sin control del capital en manos de unos pocos bajo el manto del “libre mercado” y la ausencia de Estado, trata de equiparase con un libertador de tres naciones, y con un revolucionario que dio su vida luchando por una sociedad más justa e igualitaria.
El autor también utiliza la causa de los Derechos Humanos para agredir verbalmente a los gobiernos venezolano, boliviano, ecuatoriano, cubano, argentino, brasileño, entre otros, todos ellos gobernados por partidos de izquierda o centroizquierda. Pero Vargas Llosa “olvida” criticar a gobiernos como el de Colombia, donde Uribe asesinó a miles de personas falsamente acusadas de terroristas por las fuerzas armadas de ese país.
Además, el literato se cuidó de no mencionar en sus críticas la represión en Honduras. Vargas Llosa casi nunca incluye entre sus críticas a gobiernos conservadores y neoliberales. Entonces, estas “denuncias” pierden credibilidad cuando se expresan selectivamente en contra de ciertos estados y cuando se escogen unos derechos a costa de otros.
Vargas Llosa, en artículo de El País (24/10/10) titulado “Las caras del Tea Party”, también ensaya una defensa de la organización estadounidense ultraderechista con rasgos filofascistas. ¿De qué libertad habla Vargas Llosa?.
Perfil, en el suplemento Domingo, publica una entrevista de Magdalena Ruiz Guiñazú al escritor argentino Federico Andahazi titulada “Lo de Vargas Llosa es la Inquisición”.
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