viernes, 29 de octubre de 2010

La juventud K recogió el legado y ya trabaja para multiplicarlo





Con Máximo Kirchner acompañando a su madre, y el desfile incesante de militantes en la Plaza de Mayo, las agrupaciones juveniles dejaron en claro que buscarán consolidar su presencia y crecer como organización.
La frase tiene más de dos años. La dijo Néstor Kirchner, un 15 de julio de 2008, en la Plaza del Congreso, horas antes del voto no positivo que acabó con la Resolución 125. Y por estas horas resurgió, se hizo eco y, sobre todo, se digitalizó. “A los jóvenes les digo: sean transgresores, opinen, la juventud tiene que ser un punto de inflexión del nuevo tiempo”, pidió el ex presidente ese día, y, ahora, desde la mañana del miércoles, los pibes se lo recuerdan unos a otros en Twitter, en Facebook y en la Web. El mensaje favorito de la juventud no es un pésame.
La primera pista llevaba más tiempo en el aire. En agosto, Kirchner encabezó un acto de la Juventud Sindical Peronista. En septiembre, pocas horas después de salir del Sanatorio de los Arcos, saludó a otro Luna Park lleno convocado por otros jóvenes kirchneristas. El salto al frente de los jóvenes, también, había relampagueado en las afueras de Bariloche, en el corazón de Baradero, en las escuelas olvidadas por Mauricio Macri y en la calle pidiendo castigo a los responsables del asesinato de Mariano Ferreyra. Cada uno con sus modos, cada cual con su furia. Y se hizo notar, otra vez, en un número mayor, en la Plaza de Mayo por la muerte de Néstor Kirchner. Fue el comentario al oído entre los funcionarios, también entre los viejos peronistas y entre los inorgánicos: “cuántos pibes, ¿no?” Y se configuró en el desafío de los dirigentes de las agrupaciones que, casi a coro, le confesaron a Tiempo Argentino: “Ahora hay que ver cómo los organizamos.”
Andrés Larroque, de La Cámpora, que iba de salón en salón de la Casa de Gobierno, le puso números al desafío: “El 80 % de los chicos no está encuadrado. Hay que trabajar para que participen. Para que canalicen esa energía. Y que su apoyo pase de lo simbólico a lo concreto. Tenemos que consolidar este sentimiento”, se exigió.
“Lo registramos, lo vimos, lo sentimos. Es algo que venimos viendo. Tuvimos dos actos muy importantes. Tuvimos las secundarias. La marcha del 16 de septiembre por La Noche de los Lápices. Y ahora tenemos que ver cómo hacemos para sumar más pibes y organizar. Es una situación muy dolorosa y esperábamos la reacción de los pibes. Estamos muy contentos”, dijo el referente del Movimiento Evita, Leonardo De Grosso, al paso, y a metros de la Casa Rosada.
“Algo que tenemos que destacar de Néstor Kirchner es el espacio que le dio a la militancia juvenil. Nos sentimos muy queridos, que nos dio un lugar muy importante, nos duele más allá de nuestra situación de trabajadores. Pero eso nos lleva a asumir una enorme responsabilidad para poder consolidarnos como espacio de juventud y poder acompañar con más fuerza la gestión de Cristina que nos va a necesitar. Vamos a estar ahí: bancando. Hasta que ella lo decida, hasta que termine su mandato y si quiere seguir también”, agregó Facundo Moyano, de la Juventud Sindical, cerca de la Pirámide, con la noche a la intemperie encima.
¿Y por qué tanto? Las remeras dicen “Kirchner vuelve”, y dicen “¿Qué te pasa Clarín?” Mitifican el liderazgo y festejan la rebeldía. Como sea, los chicos llenaron la plaza. Hicieron la gran travesía hasta dejar su grito de aliento frente a Cristina Fernández, la presidenta que ayer tenía la mano apretujada por la mano de Máximo, otro jugador de las divisiones inferiores, el creador de La Cámpora, tan parecido, tan santacruceño como el culpable de todo








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