jueves, 7 de marzo de 2013

Recomendaciones para prevenir el Dengue

Causada por un virus que se transmite por la picadura del mosquito Aedes aegypti, la enfermedad puede producir formas graves de la patología e incluso la muerte.



El Municipio de Avellaneda recomienda tomar las siguientes precauciones para evitar el contagio de Dengue, sobretodo las personas que tengan previsto viajar hacia países limítrofes y de América Central, donde se conocen varios casos.



El Dengue es una enfermedad viral transmitida por la picadura de un mosquito que se cría en el agua acumulada en recipientes y objetos en desuso. Como no cuenta con una vacuna, la prevención es la única herramienta para evitar su contagio.



A quienes visiten zonas con circulación viral de Dengue, es necesario que en las dos semanas posteriores al viaje estén atentos a la aparición de síntomas como: fiebre, dolor de cabeza (en especial en la zona de los ojos), dolores musculares y articulares, erupciones, náuseas y vómitos. Ante estos síntomas se debe acudir a la Unidad Sanitaria más cercana o consultar a su médico para recibir el tratamiento adecuado. No se automedique.



Otras recomendaciones son: uso de prendas con mangas largas y pantalones largos, si se van a desarrollar actividades al aire libre; uso de repelentes sobre la piel expuesta y sobre la ropa, con aplicaciones cada 3 horas; utilización de espirales o tabletas repelentes en los domicilios; evitar la exposición al aire libre durante las primeras horas de la mañana y al atardecer, los momentos de mayor actividad del mosquito. En el caso de los niños, proteger las cunas o cochecitos con mosquiteros tipo tul al permanecer al aire libre, siempre y cuando permita una correcta ventilación. Sobre el uso de repelentes, está desaconsejado aplicarlos en bebés menores de dos meses. Tampoco se debe usar debajo de la ropa, ni sobre heridas o piel irritada.



Por último, también es importante eliminar o vaciar tachos, latas, botellas, cubiertas o neumáticos en desuso, y otros recipientes que puedan contener agua y que estén a la intemperie. Mantener boca abajo los recipientes que no estén en uso. Limpiar canaletas y recodos, cambiar agua de los floreros o reemplazarla por arena húmeda, y cada tres días cambiar el agua de los recipientes que contengan plantas acuáticas, de las peceras y bebederos de animales.

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