El 21 de marzo de 1960, en el barrio de Shaperville de la ciudad de Johannesburgo, capital de Sudáfrica, la policía del Apartheid abrió fuego contra una multitud indefensa que se pronunciaba de manera pacífica contra el sistema racista imperante, asesinando así a 69 personas e hiriendo a otras 186.
Seis años después, como llamamiento a la reflexión y a redoblar los esfuerzos para eliminar toda forma de discriminación racial, la Organización de las Naciones Unidas decretó que cada año se conmemore un nuevo aniversario de esa tragedia, conocida como “Masacre de Shaperville”.
El racismo es definido como la creencia en la superioridad de un grupo étnico, derivada de una supuesta posición espiritual, ética o intelectual, la cual se considera mejor y preferible frente a todas las demás. La lucha contra ello, tal como sostiene el Plan Nacional contra la Discriminación, "es un viejo ideal humanitario y su eliminación aparece como una meta siempre en el horizonte".
En diálogo con INFOnews, Federico Pita, presidente de la Diáspora Africana de la Argentina (DIAFAR), reflexionó sobre los últimos avances en la lucha contra el racismo y remarcó que aún queda mucho por hacer al respecto.
"Cuando uno encuentra a un afrodescendiente, la gente tiende a preguntar de dónde es porque asume que no es argentino. Esa es una pregunta profundamente racista", señaló Pita.
Asimismo, remarcó que la incorporación de los afrodescendientes al Censo 2010 "fue un primer y gran paso porque de esta forma la Argentina puede reconocer que tiene población afrodescendiente, algo que había sido borrado desde la creación del sistema estadístico que se crea durante la presidencia de Domingo Faustino Sarmiento", sostuvo.
Con motivo de la celebración de este día, la ONU alertó contra los prejuicios, los estereotipos, la ignorancia y la xenofobia. Al respecto, se señaló que hay que enfrentar con urgencia la marginación y exclusión de individuos pertenecientes a ciertas comunidades de los procesos de toma de decisión política y económica.
Al respecto, Pita sostuvo que ese proceso es una de las grandes cuentas pendientes de la sociedad para con los afrodescendientes: "Es ridículo imaginar un país de América Latina como la Argentina donde no hay un sólo representante de la comunidad negra. Estudios realizados sostienen que la comunidad afrodescendiente asciende al 5 por ciento de la población, sin embargo, no hay ni un concejal".
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