martes, 23 de abril de 2013

La creadora del primer guardapolvo blanco escolar fue una docente de Piñeiro.


Se llamaba Julia Caballero de Ortega. Escribe Rudi Varela.
La señorita Julia Caballero Ortega (1)  fue la primera en señalar en 1907, el uso del guardapolvo blanco en las escuelas de la Provincia de Buenos Aires. 

Con ello estamos señalando una reparación histórica de aquella maestra española en nuestro país.  Tenía el sueño de que, docentes y alumnos vistieran el guardapolvo blanco en las escuelas. 
  
La iniciativa en Piñeiro, Avellaneda
 Esta docente, soltera, de 44 años, graduada de maestra en 1884, comenzó sus clases de Labores en forma gratuita el 1 de marzo de 1907 en la Escuela Nº 12 en la calle Giribone 342 (actualmente 648 donde funciona la Escuela Nº 21), entre Rosetti y García en Piñeiro. Por ese entonces, la escuela en la casa de la viuda de Parolla tenía 6 aulas de mampostería, con un patio no cubierto de 200 mª y con corredores cubiertos de 100 m²;  tenía 4 baños y a cinco metros el agua se extraía del aljibe por lo que el Gobierno Provincial pagaba 120 pesos más 40 pesos por la estadía de la directora  Ana C. de Wallbrecher. 

Después de 13 años de haberse inaugurado el barrio enseñaba la materia Labores en el horario de 8 a 12 horas a los alumnos, donde el 3,2 %  eran extranjeros. Trabajó solo tres meses en esa escuela, hasta fin de mayo de 1907. (2) 
  
Después de la mencionada escuela, donde ese año puso en práctica el uso del guardapolvo blanco en algunos alumnos, pasó a enseñar en el barrio porteño de Flores (3) 
  
Desde el 5 de julio de 1914 a 1917 estuvo en la Escuela N º 32 en Laprida 263 entre Baudrix y Elortondo (hoy entre Zeballos y Estrada) en Avellaneda, en la propiedad de Carlos Cánepa, con 6 aulas, con un corredor cubierto de 17 m²,  con 2 baños en estado pésimo y con agua corriente; por ello se pagaba 150 pesos.  Ella cobraba 85 pesos (4). 

  Desde el 19 de junio a diciembre de 1918  enseñó  en la Escuela N º 46, en Beruti 216, Avellaneda, de la Sociedad Popular de Educación, con 11 aulas de mampostería, 324 m² de patios no cubiertos y 30 m² de  patios techados, con 5 baños en muy buen estado por lo que la Provincia pagaba 200 pesos mensuales (5)  y trabajaba simultáneamente entre 1918 y 1920 en la Escuela N º 47, en el Cuartel 4º (hoy Nº 33 de Lanús),  escuela cedida gratuitamente por Iribarren Igurquisa, con un sueldo de 126 pesos. Era de material y madera con cuatro aulas, 300 m² de patio no cubierto, con agua de pozo, 2 letrinas y el estado de la casa era malo. (6) 
  
Más precursores 
El historiador Enrique Mario Mayocchi escribe que en 1907, que el maestro Aldo Banchero, ya pasados los 90 años, dice  «promoví la implantación del uso del delantal blanco para el maestro y los alumnos en la Escuela Presidente Roca en Libertad y Tucumán de la Capital Federal». 

La docente  Matilde Filgueíra de Díaz, de la Escuela «Cornelio Pizarro» de la Capital , en 1915, al observar que algunos de sus alumnos asistían a clases  casi andrajosos, decide comprar delantales blancos con apoyo de algunos padres , por ser este del color mas económico. (7) En una entrevista a Ruth Monjardin de Masci,  ésta confirma que su madre  había ya solicitado el implemento del guardapolvo blanco en la Escuela Normal de Luján, en 1918. 
    
Circulares del Consejo Nacional de Educación
La Circular  N º 67 del Consejo Nacional de Educación del 16 de abril de 1913 (8) establece trajes sencillos como vestimenta de los alumnos en las escuelas. 
  
La Circular N º 101 del mismo Consejo del 23 de diciembre de 1915, recomienda el uso de delantales blancos para el personal docente de la Capital Federal (9). 
  
Genaro Giacobini logra 
la implantación
Ante un pedido de Genaro Giacobini (10)  del 18 de julio  de 1916, el 1 de noviembre de 1919, el Consejo Nacional de Educación establecía recomendar que dentro de las escuelas o fuera de ellas en actos públicos, el uso del guardapolvo blanco como uniforme del traje escolar y los textos y útiles escolares.  En el articulo 3º, solicitan a las cooperadoras colaboren en asegurar a todos los hogares, sin violencia de orden económico la posibilidad de dotar a sus hijos  de ese elemento de vida escolar que, aceptado por el Presidente Hipólito Irigoyen, se aplicó desde el año 1920 (11).  

En ese año, cuando Julia Caballero Ortega vio cumplido su sueño, a los 57 años dejó la docencia. 

Notas
1) MAYOCCHI, Enrique Mario «Memoria de otros días de Buenos Aires», Ed. Alba, Buenos Aires, 2010, pág. 94, donde menciona a Julia Caballero Ortega, dice que «lo habría sugerido a sus alumnos de una escuela que funcionaba en la ciudad bonaerense de Avellaneda».

2) Formulario de Escuelas Públicas de la Provincia de Buenos Aires.

3) MAYOCCHI, Enrique Mario, ob. cit. 

4) Formulario de Escuelas Públicas de la Provincia de Buenos Aires.

5) Idem.

6) Idem.

7) Sosa, Lily de Newton, «Diccionario Biográfico de Mujeres Argentinas», Plus Ultra, Buenos Aires, 1980, paginas 166/7.

8) Digesto Escolar de 1920, pagina 181.

9) VILA, Manuel, Ing.: Revista El Recopilador Nro. 132, Lomas del Mirador, Mayo 2008, pagina 3.

10) GIACOBINI GENARO, nació en 1889 y murió el 10 de marzo de 1954 en su casa –consultorio médico en Av. Caseros 3079 / 85, Parque de los Patricios, Capital Federal. Fue electo concejal (1932 – 1935). Entre sus muchos proyectos figuran la creación del Instituto Municipal de Asistencia a los Menores Abandonados y Desvalidos; la obligación de grabar la fecha de envase a los alimentos; 

11) Libreta Sanitaria y la obligación de construir cámaras frigoríficas en los mercados. Recibió menciones internacionales por sus trabajos sobre tuberculosis y el cáncer.

12) VILA, Manuel, Ing.; ob.cit.

No hay comentarios:

Publicar un comentario