martes, 16 de abril de 2013

Un argentino ganó el premio Pulitzer por sus fotos

Rodrigo Abd integró el equipo de cinco fotorreporteros de la agencia de noticias APque obtuvo el prestigioso galardón en la categoría Fotografía de Noticias de Última Hora por las imágenes que tomó en Siria. Galería 


La Universidad de Columbia, EEUU, distingue con el premio Pulitzer la excelencia periodística, literaria y musical en distintas categorías de forma anual. La nueva edición del reconocido galardón tuvo entre sus ganadores al fotógrafo argentino Rodrigo Abd, de la agencia de noticias Associated Press (AP).
El fotógrafo argentino fue uno de los cinco integrantes del equipo de fotorreporteros que obtuvieron el Pulitzer en la categoría Fotografía de Noticias de Última Hora, por la cobertura de la conflicto armado en Siria. Forman parte del conjunto los fotorreporteros distinguidos Manu Brabo, Narciso Contreras, Khalil Hamra y Muhammed Muheisen.
Abd nació en Buenos Aires, el 27 de octubre de 1976. Comenzó su carrera en los diariosLa Razón y La Nación y desde 2003 comenzó a trabajar en AP, con base en Guatemala. Cubrió distintos eventos para la agencia de noticias, como las elecciones presidenciales de Venezuela en 2007 y el terremoto en Haití en 2010.
Antes de llegar a Siria, en 2012, Abd tuvo Kandahar, Afganistán, como destino en 2010 y cubrió el conflicto político de Libia en 2011. En la actualidad, tiene como base Lima, Perú.
Los trabajos del fotógrafo argentino cosecharon varias distinciones a lo largo de su carrera. En 2013 ganó el prestigioso premio Poyi (Pictures of the Year International) de excelencia por su trabajo "Evicted" para AP.
En esta oportunidad, Abd y el equipo de AP se llevaron el Pulitzer por su trabajo en Siria, al capturar imágenes que muestran escenas fuertes, cargadas del miedo y la angustia, la violencia y el sufrimiento propios del conflicto armado que atraviesa el país.
Las fotos ganadoras de Abd capturan escenas desgarradoras en que se materializa todo el horror del conflicto bélico en Siria.
Una mujer llorando a causa de la heridas sufridas, un niño en el funeral de su padre, la quema de una foto de Al-Assad y un chico de 11 años aprendiendo a sostener un arma de juguete son las capturas agandoras de Abd.
Los fotógrafos debieron poner en riesgo su vida para tomar las fotografías al adentrarse en zonas de guerra, ya que no contaban con protección o permisos especiales del régimen sirio.
En diálogo con el canal de noticias TN, Abd apuntó que el momento de tomar la foto no es de frialdad absoluta: "Frío no podría ser, no es humanamente posible hacer algo completamente frío. Uno no puede estar frío ante semejante dolor."
"Creo que si uno pierde la sensibilidad, no podría hacer bien el trabajo, porque uno también tiene que transmitir a través de las imágenes ese dolor".
Consultado acerca de cuál fue la foto que más lo impresionó, el fotógrafo resaltó la que muestra a una señora ensangrentada que se encontró en un hospital, llorando. "Los médicos en ese momento me pidieron que no le pregunte mucho porque no sabía que su marido y sus otros dos hijos habían muerto", dijo.
Además, reveló un costado más personal de la imagen: "Esa foto para mí es muy fuerte porque los ojos [de la mujer] me recuerdan me recuerdan a los de mi familia, los de mis abuelos, mis tíos". "A uno esas situaciones le traen recuerdo de cosas también personales, porque todos son seres humanos con historias atrás", dijo.
Abd también destacó la importancia del fotoperiodismo en el sentido de documentar lo que sucede en el mundo, más allá de todos los intereses geopolíticos y además tener un registro gráfico de lo que está ocurriendo: "Si no, ¿qué va a quedar en 20 años?,se preguntó.
Finalmente, sostuvo que "la vida continúa" después de ganar un Pulitzer y dijo: "Uno no es ni mejor fotógrafo ni peor por no haberlo ganado. Mañana uno tiene que salir a sacar las fotos igual".

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