jueves, 25 de abril de 2013

MITOS Pigna presenta nuevo tomo de los mitos de la historia argentina

Del derrocamiento de Perón al golpe de Onganía, el tomo cinco de Los Mitos de la Historia Argentina de Felipe Pigna abarca una década —1955-1966— cuyo eje central pasa por la proscripción del peronismo, un movimiento que a pesar de la ausencia de su líder, Juan Domingo Perón, y de la represión, siguió marcando desde la resistencia la vida política del país.
Con el golpe militar de 1955, el primer presidente de facto de la mal llamada Revolución Libertadora, Eduardo Lonardi, intentó desperonizar a los trabajadores y a amplios sectores populares, "tomando la idea de que era preferible un movimiento obrero con raigambre católica y nacional, alejado del comunismo y el socialismo", dice Pigna en una entrevista con Télam.
 
En lo que considera su libro "más difícil", el autor ahonda en esos años de "fuertes conflictos políticos y sociales", bajo los gobiernos de Lonardi, Pedro Eugenio Aramburu, Arturo Frondizi, José María Guido y Arturo Illia.
 
"El peronismo —sintetiza Pigna— era contradictorio a ese modelo militar que se decía nacionalista pero quería implementar un modelo liberal y conservador, agropecuario y vinculado a los capitales extranjeros". 
 
El libro, publicado por Planeta y que será presentado en la Feria  del Libro el 4 de mayo, describe los hechos y los personajes que intentaron silenciar al peronismo, ese hecho maldito del país burgués, como definió "lúcidamente" John William Cooke.     
 
El reemplazo de Lonardi por el general Aramburu, señala el autor, "produzco una feroz represión con tortura, cárcel, y una revancha muy fuerte contra los símbolos peronistas". 
- ¿Cómo fueron esos primeros años de la resistencia peronista? 
- Más allá de los militares, hubo reacomodamientos, la proscripción del peronismo les convino a todos: a los partidos políticos y dentro del propio movimiento empezaron las traiciones como la de Raúl Matera con el neoperonismo y Augusto Vandor, al frente de la UOM, se creyó en condiciones de competir con Perón.
 
- ¿Qué es lo más importante que plantea el libro? 
- La unión entre el poder económico y el poder militar, una unión temprana totalmente antidemocrática, que va a ir por fuera o por encima de las instituciones. 
 
Esto se ve claramente en el gobierno de Arturo Frondizi, cuando los militares hicieron 33 planteos, además de imponer al ministro de Economía. Estos militares supuestamente nacionalistas eligieron   a Alvaro Alsogaray, que cortó el modelo desarrollista para aplicar  la teoría económica más ultraliberal. 
 
- Y fue supuestamente el período más progresista de esos años...
- Frondizi llegó a la presidencia con el voto peronista, con un compromiso escrito de política económica y de derechos humanos, que fue abandonado y le valió una gran movilización, reprimida de  manera violenta.
 
Una de las ideas que sobrevuela el libro es la del pragmatismo, `yo prometo una cosa en la campaña, pero los hechos obligan a hacer lo contrario. La izquierda universitaria lo apoya y lo primero que hizo Frondizi fue entregarle las universidades al catolicismo, la famosa campaña por la educación laica o libre.
 
Y ni hablar de los contratos petroleros, cuando pasó a hacer negocios con compañías norteamericanas, a un costo altísimo para el país y después Arturo Illia los va a abolir.
 
- Está claro que Guido nunca quiso ser presidente...
- No, cuando asumió, el poder militar le decía que hacer y le pusieron de ministro de Economía a José Martínez de Hoz.
 
Fue la época del Plan Conintes, del plenario de las 62 Organizaciones en la localidad cordobesa de Huerta Grande, del secuestro de Felipe Vallese por una patota policial, el primer desaparecido peronista y el presidente no dijo nada.
 
- El gobierno de Illia ¿resulta más difícil de definir? 
- Algunos de sus actos me parecen de un coraje importante, la ley de medicamentos, la regulación de los contratos petroleros y muchas veces la lucha contra su propio partido.
 
Illia terminó convalidando la participación del peronismo pero con otro nombre, trató que el movimiento como tal no se pudiera presentar en las elecciones. Bajo el nombre de Unión Popular el peronismo finalmente ocupó un número de bancas importante. 
  Los medios de comunicación jugaron en contra de Illia....   
El primer golpe mediático fue el del 66, donde hubo un trabajo impresionante de los medios. Esa imagen de la tortuga, de la lentitud. Y luego instalaron la idea de vacío de poder y más tarde la del caudillo necesario y todo terminó con Onganía.

- ¿Qué papel jugo el movimiento obrero durante esa década?

- Al principio de la dictadura fue la única oposición, los  trabajadores no estuvieron de acuerdo con el golpe del general Juan José Valle; pensaban en un cuartelazo; ponían el acento en el trabajo de base; y estaban en desacuerdo con Vandor en burocratizar el movimiento obrero y convertirse en un apéndice del poder.

Es impresionante ver como confluyen donde tienen que confluir cuando en el 68 funda la CGT de los Argentinos. La clase obrera fue perseguida, torturada, fusilada. Es muy reivindicable.

- ¿Qué pasó con Perón en esos años? 

- Fue más interesante lo que hizo el peronismo que Perón. Estoy hablando del peronismo combativo, que no se dejaba contaminar, que seguía la línea de los sindicatos de base. La idea de padre eterno, de conformar a la derecha y a la izquierda fue algo en lo que Perón fracasa.

Le sirvió para golpear y negociar, ya que en esos 17 años no hubo nadie que le hiciera sombra con su extraordinaria capacidad de conducción, aunque su proyecto no se pudo concretar.

- ¿Cuales son las conclusiones de esta investigación? 

- La lucha y la perseverancia de tanta gente en momentos difíciles, la advertencia sobre la defensa de las instituciones y quiénes son los enemigos, los mismos a lo largo de la historia.

Desterrar la idea de que todo da lo mismo. Y no es así, hay que poner en relieve a la gente que no agachó la cabeza y estuvo dispuesta a enfrentar a los milicos y al Fondo Monetario Internacional.

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