miércoles, 3 de abril de 2013

La Sinfónica Simón Bolívar volverá a ofrecer un concierto en el Colón

Expresión suprema del equilibrio entre la excelencia artística y la labor pedagógica aplicada al cambio social, la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela, dirigida por el maestro Gustavo Dudamel, ofrecerá este miércoles un concierto en el Teatro Colón de Buenos Aires en su segunda visita a la Argentina.

La Orquesta, que ya estuvo presente en el Colón en la temporada 2011, se abocará mañana a un programa que incluye "La consagración de la primavera", del compositor ruso Ígor Stravinsky y "La noche de los mayas", del mexicano Silvestre Revueltas, a partir de las 20.30 en el coliseo porteño.
Aquella vez la Sinfónica Simón Bolívar expuso, con el gesto de quien refrenda un acto de madurez, la Sinfonía Nro. 7 en Mi menor de Gustav Malher -acaso una de las obras más atacadas del compositor austríaco-.

Ahora, en cambio, la orquesta venezolana, entre la tradición y su vocación latinoamericana, presentará piezas de Stravinsky y Revueltas, de las que ha dejado registro en el álbum "Rite" (2010).

La Orquesta Simón Bolívar es la expresión superior del Sistema de Orquestas Infanto-Juveniles de Venezuela ("El Sistema", como se lo cita), un enorme programa social y artístico que alcanza a miles de jóvenes.

"El Sistema" cuenta en la actualidad con 24 orquestas estaduales, 285 orquestas sinfónicas juveniles e infantiles; genera 5.620 empleos directos y comprende a 350.000 niños y adolescentes provenientes de los sectores pobres. Los mismos chicos que se inician, luego se convierten en docentes de las nuevas generaciones de alumnos.
"Si me preguntan en qué parte del mundo está pasando algo interesante con la música, debo decir que en Venezuela", repetía hace años -antes de que la orquesta tomara dimensión mundial- Gustavo Dudamel, surgido de las orquestas juveniles de El Sistema y hoy uno de los directores más reconocidos en todo el mundo.

El Sistema de orquestas venezolano fue creado en 1975 por el maestro José Antonio Abreu, que hizo realidad un decreto de 1964 que contemplaba la obligatoriedad de la formación musical en las escuelas del Estado. Ese plan, que tantas veces resulta un relleno en las currículas oficiales, se transformó en una herramienta de rescate social y, al mismo tiempo, en una usina formadora de músicos del más alto estandard.

Dudamel es el producto más refinado de este proceso. Fue el violín concertino de la Sinfónica Infantil durante muchos años y en 1999 se convirtió en el director de la Orquesta que hoy llega a la Argentina y que, a través de su pulso, alcanzó el reconocimiento internacional.

Lejos de la visión que eleva a los artistas por encima de las claves políticas y sociales de un tiempo histórico, la Orquesta Simón Bolívar sostiene el lema "tocar y luchar".

"El lema urgió cuando José Antonio Abreu vio que las posibilidades de que triunfase su filosofía de construir orquestas en cada punto de mi país eran muy escasas. Alguien se le acercó y le dijo que, para conseguir cualquier ideal había que luchar", recordó Dudamel.

Y explicó: "De ahí surgió ese lema "tocar y luchar" que está escrito en el uniforme de los músicos de la Orquesta Juvenil de Venezuela. Luchamos por darle la oportunidad a todos los niños y los jóvenes de educarse en un instrumento y de que puedan tocar, si así lo quieren, en una orquesta como medio para cambiar su vida".
La Orquesta Simón Bolívar llega a la Argentina en el marco de una gira latinoamericana que continuará en San Pablo (6 y 7 de abril), Brasilia (9) y Bogotá (11).

"Una Orquesta -concluye Dudamel- es una comunidad donde los instrumentos se tienen que escuchar entre ellos y llegar al punto de la armonía dentro de una concepción única. Por supuesto que muchos de estos niños que son parte de El Sistema no llegarán a ser músicos profesionales; pero sí habrán asimilado en el camino una sensibilidad humana que solamente se aprende, creo yo, cuando sos músico".

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